donostia - Ayer se cumplió un año de la lesión que sufrió Esteban Granero ante el Shakhtar. El madrileño se rompió el ligamento cruzado anterior y una lesión del menisco interno de su rodilla derecha tras una falta que recibió al poco de saltar al campo. 365 días después, el madrileño ha regresado a Donostia para quedarse y parece haber encontrado la continuidad que buscaba al haber sido titular en los tres encuentros de Liga que ha disputado la Real. Curiosamente, el día de la desafortunada efeméride, el Shakhtar también jugó en Euskadi ante el Athletic.

Granero lo ha pasado mal: “El año de baja ha sido duro. Los partidos me están sirviendo mucho. Cada vez que juego me voy encontrando mejor. Quiero mejorar porque todavía no he alcanzado mi límite y creo que este año va a ser bueno para mí. Esta temporada lo tiene todo para que me salgan bien las cosas”.

Tras llegar fuerte físicamente, los partidos le permiten coger ritmo de competición: “Me están sirviendo mucho. Cuanto más juego, me voy encontrando mejor. Quiero progresar porque todavía no he alcanzado mi límite”.

El madrileño no se siente titular todavía, aunque cada vez es más intocable para Arrasate: “Todos queremos estar en el once siempre, pero tenemos una plantilla completa con grandes jugadores, sobre todo en el centro del campo. Lo bueno es que estemos preparados. Los cambios en Vigo nos dieron mucho y eso hay que valorarlo”.

La apuesta que ha hecho el club para volver a contar con sus servicios ha sido importante: “Para mí llevar la camiseta de la Real supone una responsabilidad grande, aunque a mí me gusta. Es algo para sentirse orgulloso, pero tampoco lo siento como una presión o un peso. Pienso que no se ha equivocado conmigo. Va a ser un buen año para la Real y para mí. Me hace feliz estar aquí y no me puedo imaginar estar en otro lado”.

Granero no se fía del Almería: “Es un rival incómodo. La forma en la que hemos ganado y empatado dice muchas cosas buenas del equipo, pero queremos vigilar eso y no tener que hacer esos sobreesfuerzos”.