Donostia. Usted dejó Villarreal hace ya más de doce años. ¿Qué le queda de aquella época?
Grandes amigos. Y no solamente en el mundo del fútbol, ¿eh? Me refiero a ciudadanos de allí, del pueblo. En verano, me suelo cruzar con muchos cuando paseo por Donostia o por Zarautz. Todos me saludan. Lo más importante es este contacto y esta unión que mantengo con aquella gente, una gente trabajadora y fenomenal.
Usted llegó allí en 1996, en Segunda. ¿El Villarreal era todavía un club de pueblo?
Por supuesto. Nunca habían estado en Primera, y en Segunda justo justo. Con el paso del tiempo, han convertido casi en costumbre estar arriba en la clasificación de la máxima categoría y jugar la Champions, algo que tiene mucho valor.
Fue durante su estancia en el club cuando, en 1997, entraron en el mismo Fernando Roig y Juan Llaneza.
Cuando llegué yo, todavía no estaban en el club. El anterior presidente no podía soportar semejantes cargas, porque al haber ascendido el equipo a Segunda había que hacerse Sociedad Anónima. Las circunstancias obligaron al club a cambiar de propietario. Y fue entonces cuando entró Llaneza, quien más tarde convencería a Roig para que se sumara al proyecto.
¿Cómo se gestó el desembarco de estos nuevos rectores?
Pues dada la situación que te comento, empezaron a producirse charlas entre empresarios de la zona. Estaba el propio Fernando Roig, de Pamesa. También había gente de Porcelanosa. Yo estuve en alguna de esas reuniones.
¿Y ya tenían todos aquellos agentes planes tan importantes para la entidad?
Al principio, al menos cuando estaba yo, el objetivo no era llegar algún día a la Champions. Eso desde luego. Se trataba simplemente de hacer un equipo competitivo. Y mira. Con el tiempo, han alcanzado grandes cotas. Y han creado una escuela para su cantera que fue casi pionera.
Cuentan que Fernando Roig se fijó en el Villarreal porque antes no pudo comprar el Castellón...
Pues mantengo buena relación con él, y con Llaneza. Pero eso no lo sé, de verdad. Hombre, su empresa se encuentra saliendo de Villarreal y camino a Castellón, a muy pocos kilómetros. Pero él no vive ahí. Su casa estaba más hacia la zona de Valencia. ¿Lo del Castellón? Pues igual. Le gusta mucho el fútbol. Entre él y Llaneza, que es un muy buen gerente, han llevado al club a donde está ahora.
Usted entrenó a la Real poco antes de que ganara dos Ligas, y al Villarreal que años después se codeó con los grandes de Europa. Siempre demasiado pronto...
No, no... Yo entrené a esos equipos en mis momentos, los que me tocó vivir. En la Real, estoy muy satisfecho de que Ormaetxea, que estaba conmigo, se quedara y lograra aquellas dos Ligas. Hubo varios de esos futbolistas que debutaron conmigo, como Arconada, Alonso o López Ufarte. Estoy encantado de que luego Alberto lograra todos esos éxitos, porque se los merecía. Y pasando al Villarreal, cogí al equipo casi recién ascendido a Segunda. Subimos a Primera, y poco después me retiré. En la vida hay que tomar decisiones, y yo estimé que ahí terminaba mi andadura en el fútbol profesional.
Vamos el presente. El domingo el Villarreal recibe a los txuri-urdin...
Bueno, vamos a ver. Mi opinión tampoco puede ser muy tenida en cuenta, porque no hago un seguimiento muy cercano de los equipos de Primera. De la Real sí, ¿eh? Soy un sufridor. Y socio. Pero del Villarreal no tengo mucha base para opinar. Conozco a Rossi y a estos, a los futbolistas más importantes, pero este año están jugando otros a los que no he visto mucho.
Los amarillos están por debajo de la Real en la tabla. ¿Le sorprende?
El deporte es así. Se llame como se llame un equipo, no hay nada asegurado. Las cosas evolucionan... Pero no tengo una opinión clara sobre qué le puede estar pasando al Villarreal.
Me dice que a la Real sí la sigue...
Se están dando circunstancias especiales últimamente. Contra el Málaga, estábamos todos derrumbados y al final salimos de Anoeta contentos y pletóricos. Y no digamos el día del Betis... Yo no fui capaz de soportar la tensión. Cuando nos empataron a dos me marché a casa. Cuando llegué, me metí en el teletexto y me llevé una sorpresa muy agradable.
¿Espera otro triunfo el domingo?
Es un partido muy importante para la Real. Estos dos triunfos han generado mucha satisfacción y felicidad en el entorno, y ese espíritu va a pesar a nuestro favor. Comenté antes de recibir al Málaga que ese encuentro podía suponer un punto de inflexión. Y lo ganamos. Pero tampoco hay que creérselo demasiado.
Parece que la continuidad en las alineaciones está dando resultado.
Mira, el domingo me gustó mucho que Diego Ifrán jugara los minutos finales. Por lo que le había visto, intuía que tiene muy buenas cualidades, algo que él puso de manifiesto. Me parece que tiene un gran potencial.
¿Qué me dice de Montanier?
Se trata de un técnico joven que, como quien dice, está iniciando su carrera en los banquillos. Hay un aspecto en los entrenadores que me parece fundamental: cómo son en lo personal. Y da la sensación de que Montanier es una gran persona. Estoy seguro de que, con el tiempo, sacará al equipo adelante. Estoy encantado de que continúe.
Ha sido bastante criticado...
Hombre, todo hay que decirlo. Yo creo que el día del Betis, por ejemplo, se equivocó. Pero él no es tonto, y seguro que es consciente de sus fallos. Nadie en esta vida es perfecto. Montanier está empezando en la Liga española, y ya irá haciéndose. Además, me parece muy positivo que vayan entrando en el equipo jugadores como Ifrán, Iñigo Martínez, Illarramendi... O Elustondo, que jugó muy bien contra el Málaga.
¿Percibe un cambio en el estilo del equipo desde las primeras jornadas hasta ahora?
En el fútbol cada momento es distinto. En el último partido, por ejemplo, el equipo iba perdiendo y el entrenador metió a dos delanteros puros, acompañados por Ifrán y Vela. Las circunstancias obligaban, y la cosa salió bien. Griezmann, por ejemplo, terminó de lateral izquierdo, lo que me pareció muy bien. Creo que los cambios del entrenador fueron buenos.
El principal hándicap parece que es el de la defensa.
Bueno. Volviendo al último partido contra el Málaga, Mikel González cometió un fallo que costó un gol, pero al margen de eso completó un encuentro notable. Mira, hay que jugar contra el Villarreal con la intención de competir. Luego se podrá ganar, perder, o empatar, pero hay que salir con el ánimo de luchar los puntos. Y seguro que los jugadores lo hacen.