La familia de Montxo Martínez Antía ha solicitado a la consejera de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno vasco, María Jesús San José, una nueva valoración del caso del que fuera miembro de ETA político-militar (pm) que falleció el 18 de septiembre de 1975 en Madrid. Este paso es necesario para su reconocimiento como víctima del Estado español y la consiguiente reparación.
En 2015, la madre de Martínez presentó una solicitud en relación con el Decreto de declaración y reparación de las víctimas de violencia de motivación política como consecuencia de la vulneración de sus derechos humanos entre 1960 y 1978. La Comisión de Valoración del Ejecutivo vasco desestimó la solicitud de la familia del fallecido dando por buena la versión del suicidio aireada por el régimen franquista, argumentando que los datos aportados no permitían extraer una conclusión distinta de la señalada en el informe médico forense emitido en 1975 por el Doctor José María Ruiz de la Cuesta, profesor de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, que calificó como suicidio la muerte del miembro de ETA (pm).
Se trata del primer caso de una víctima que no ha sido reconocida y que se recurre la decisión solicitando una revisión del expediente. 50 años después, la familia sigue manteniendo la tesis del asesinato para explicar su muerte y sostiene que fueron los disparos de la policía franquista los que acabaron con su vida. Por eso en 2024 solicitó a Giza Eskubideen Behatokia (GEBehatokia) una nueva evaluación de las circunstancias que rodearon a la muerte de Martínez. En este tiempo esta organización ha reunido datos que le han llevado a una conclusión diferente a la del informe del Gobierno vasco en 2015 que daba por buena la versión del suicidio.
Ha practicado varias diligencias, entre ellas la exhumación del cadáver de Montxo Martínez el 28 de febrero de este año en el cementerio de Polloe (Donostia) a cargo del forense Francisco Etxebarria. La autopsia que le practicó concluyó que “el estado de conservación de los restos no ha posibilitado otras consideraciones de interés forense con respecto a la etiología médico legal de la muerte”. La exhumación fue realizada en presencia de la familia, compañeros de ETA (pm), representantes de Egiari Zor Fundazioa y miembros de GEBhatokia.
La investigación ha sido ampliada con la recogida de testimonios de familiares directos y excompañeros de ETA (pm) como Iñaki Mujika Arregi y Francisco Javier Ruiz de Apodaka, quienes descartan la tesis del suicidio “en base a la personalidad de Martínez Antía, los objetivos de la operación que pretendía realizar ETA (pm) en Madrid y el contexto político y social de la muerte (Franco falleció dos meses después)”, señalan fuentes del GEBehatokia.
Nueve días antes de los fusilamientos de 'Txiki' y Otaegi'
Los hechos ocurrieron nueve días antes de los últimos fusilamientos franquistas de ‘Txiki’, Otaegi y los tres miembros del FRAP, y después de que la vivienda en que se ocultaba fuera sitiada durante horas por la Policía española. Oficialmente se presentó como un suicidio, pero numerosas pesquisas ponen en tela de juicio esa teoría y abonan la posibilidad de que fue un crimen de Estado. Entre ellas, la prueba pericial de las armas que supuestamente pudieron ser utilizadas.
La prueba pericial de las armas practicadas por GEBehatokia concluyen que Montxo Martínez murió a manos de terceros con un disparo en la sien derecha efectuado a cañón tocante la madrugada del 18 de septiembre de 1975. Sostiene este colectivo que ni la pistola semiautomática Browning encontrada en la casa fue utilizada ni la metralleta Sten pudo haber sido el arma suicida porque “las medidas y disposición de la bañera en donde se ubica el presunto suicidio (con una pared en el lado derecho) imposibilita la extensión del brazo necesaria para efectuar un disparo a cañón tocante en la sien derecha y que el proyectil salga por la sien izquierda en una trayectoria ligeramente descendente”. Estas conclusiones se extraen del informe realizado por un perito independiente y experto en criminología por la Universidad del País Vasco (EHU).
La operación en la que murió Martínez fue organizada por ‘El Lobo’, agente de la policía franquista infiltrado en ETA con el sobrenombre de ‘Gorka’, que incluso ha confesado su participación en el caso. Como consecuencia de esta operación también murieron otros miembros del comando como Josu Mujika, Andoni Campillo, Jon Paredes ‘Txiki’ y Moncho Reboiras.