El inicio de las fiestas en las localidades vascas ha traído también consigo algunos enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la Ertzaintza o las policías municipales. Estos choques preocupan a nivel político por la escalada en las declaraciones de EH Bildu y su señalamiento de la Policía autonómica, y se le reprocha que no ponga el foco en quienes incumplen las normas administrativas con pintadas o concentraciones no comunicadas. Su alcaldesa en Azpeitia ya había señalado a la Ertzaintza por los incidentes en la localidad tras la multa a un joven que realizaba una pintada antipolicial, y había acusado a los ertzainas de tener una presencia desproporcionada en su pueblo. Pero el momento crítico llegó a finales de julio tras la acampada de GKS en Gasteiz. Este colectivo, que lleva años enfrentado con la oficialidad de la izquierda abertzale, ha mantenido nuevamente este año un pulso con la comisión de txosnas para tratar de instalar la suya. Después de realizar una acampada no comunicada y tras la posterior intervención policial, EH Bildu volvió a poner el foco en la actuación de la Ertzaintza. Dijo que ese “no es el modelo por el que la sociedad vasca apostó tras el franquismo”, y deslizó que reproduce “lógicas autoritarias del pasado”.
La actuación de la Ertzaintza está sometida también al escrutinio público como el resto de poderes de la administración, pero lo que ha llamado la atención a PNV y PSE estos días es que, si las actuaciones policiales se iniciaron al detectar incumplimientos de la ley y terminaron con varios agentes heridos, EH Bildu ponga aun así el foco en la Ertzaintza. ¿Por qué? Esa pregunta ya la han respondido PNV y PSE apuntando a las tensiones dentro de ese espectro ideológico. La alcaldesa de Gasteiz, la socialista Maider Etxebarria, lo atribuyó este lunes a los “problemas internos” de la izquierda abertzale porque a una parte de su electorado “le gusta un discurso más vinculado a los tiempos oscuros”, a otros “no”, y lo que hace Bildu es ponerse de perfil porque “hay una parte de su electorado natural con el que no quiere enfrentarse”. “Dar oxígeno a GKS poniéndose de perfil es un terrible error”, zanjó en sendas entrevistas en Onda Vasca y Radio Euskadi. El consejero de Seguridad, el jeltzale Bingen Zupiria, decía la semana pasada en Euskadi Irratia que, si la comisión de txosnas rechaza el recinto de GKS, tienen que solucionarlo entre ellos, y no deben solucionarlo metiendo a la Ertzaintza.
¿Qué es GKS?
Gazte Koordinadora Sozialista es una organización juvenil que con el tiempo ha superado en capacidad de movilización al colectivo oficial de la izquierda abertzale, Ernai. Ha crecido a lomos de su avance en el ámbito universitario, donde se hizo con el control de Ikasle Abertzaleak, que había sido el sindicato estudiantil oficial pero que finalmente rompió con Sortu. Todavía se recuerda el sonado desencuentro que mantuvieron Ikasle Abertzaleak y Sortu por la sede en la calle Ronda de Bilbao. La situación llegó a tal punto, que la izquierda abertzale oficial terminó impulsando en 2020 otro colectivo estudiantil, Ikasleria Martxan, o Ikama. Del otro lado, GKS tiene el respaldo de Ikasle Abertzaleak y Univertsitateko Indar Batasuna. En este contexto, acciones como la acampada en Gasteiz contribuyen a dar proyección pública a GKS.
EH Bildu, en cualquier caso, lleva años negando la mayor e intenta desvincularse de GKS. Como no reconoce ninguna vinculación, EH Bildu se lava las manos en este asunto. No considera formalmente a GKS como una escisión ni habla de juventudes disidentes, sino que trata de proyectar la idea de que es un colectivo que ha nacido al margen. En una comunicación a sus bases en 2023, Sortu situó a GKS fuera de sus estructuras. Un año antes, en 2022, Arnaldo Otegi caía en la exageración y decía que GKS tiene tanto que ver con Bildu como lo tiene que ver con PNV y PSOE.
En esa misma línea y ese mismo año, Otegi se desvinculó del conflicto por la organización de las txosnas de Hernani. EH Bildu no aceptaba la lectura de que es ella como partido quien veta e impide instalar su caseta a GKS. Otegi vino a decir que la competencia es de otros. Tomó distancias y aseguró que su partido otorga autonomía al movimiento popular para que organice las txosnas, pero lo que no dijo es que, en muchos casos, en esas comisiones de txosnas y en esos movimientos populares la sensibilidad mayoritaria es la izquierda abertzale oficial. No habló de la correlación de fuerzas. Lo que sí dijo Otegi es que el problema con GKS es que “ocupan espacios y expulsan a todos los que no tienen que ver con ellos”, de manera que el movimiento popular no quiere a estos grupos “autoritarios” que “insultan y coaccionan”. Ernai, por su parte, ha reprochado en alguna ocasión a GKS que sea más comunista que abertzale o independentista.
Lo que puede resultar contradictorio es que, tras esas declaraciones tan críticas de Otegi, este año la reacción de EH Bildu a la acampada no comunicada haya sido de manera indirecta defender a este colectivo. GKS llegó a constituir un partido en 2023 (Euskal Herriko Kontseilu Sozialista), aunque no se ha presentado a las elecciones.
La txosna, en la Facultad de Letras
En cuanto al conflicto de las txosnas, este año GKS tampoco ha podido instalar su caseta en el espacio habilitado en Gasteiz, y lo que ha hecho este mismo lunes es montarla frente a la Facultad de Letras, como el año pasado. Esta pugna colea desde hace años y otros partidos la han caricaturizado como una pelea poco estética y que busca tener un espacio en las fiestas para poder obtener ingresos económicos.
La crítica de Etxebarria
Los incidentes que se han producido en los pueblos tienen distintas motivaciones y protagonistas, pero el caso de la acampada de Gasteiz es claro y fue GKS quien la organizó, aunque este colectivo pone el acento en que era “pacífica” en lugar de decir que no era comunicada. Las fiestas de Gasteiz han arrancado hoy, y en breve lo harán en las otras dos capitales de la comunidad autónoma, Bilbao y Donostia.
En lo que concierne a Gasteiz, la alcaldesa, Maider Etxebarria, quiso dejar claro que “hay que pasar pantalla” de este enredo y no darle más minutos de protagonismo, porque quienes “ocuparon la calle a las bravas querían su minuto de protagonismo”. “La ciudad es de todos, y no de unos pocos que se quieren adueñar de ese espacio”, avisó.
La socialista quiso poner en evidencia que EH Bildu, con sus declaraciones sobre la proporcionalidad de las actuaciones policiales, pierde el foco sobre el hecho de que cada cual no puede hacer lo que le venga en gana y acampar sin permiso en la vía pública porque, de lo contrario, esto es “la selva”. Explicó que las normas se aplican a todos por igual, y que todos los vecinos tienen que conseguir los correspondientes permisos y ajustarse a la ley. “No puede haber distinciones” con independencia “del sector que sea”.
En un análisis más político de la situación, Maider Etxebarria constató que “todavía hay algunos grupos que tienen muchos problemas internos”, porque a una parte de su electorado “le gusta un discurso más vinculado a los tiempos oscuros”, a otra parte no le gusta y, en mitad de este enredo interno, EH Bildu opta por “no enfrentarse” a una parte de su “electorado natural”. Cree que dar oxígeno a GKS es “un terrible error”, y que la decisión de EH Bildu de “deslegitimar” a la Ertzaintza en ese comunicado es una equivocación. “Los agentes actuaron en base a protocolo, y quien actuó de una manera irregular acampando sin permiso en plena Virgen Blanca fue GKS”, puso en evidencia.
"Culpar a la Ertzaintza"
El consejero de Seguridad del Gobierno de Pradales, Bingen Zupiria, había señalado también la semana pasada que este es un asunto interno que deben solucionar en la izquierda abertzale, o dentro de la comisión de las txosnas. “Si la comisión de txosnas de Gasteiz ha decidido que la txosna de GKS no puede estar junto a ellos y que se va a quedar fuera, GKS no debería solucionarlo molestando al resto o provocando a la Ertzaintza. Que lo solucionen”, invitó. Zupiria recordó que hay “unas normas, unos derechos y unas obligaciones”, de manera que, si algún colectivo como GKS quería instalar una acampada, tiene que comunicarlo. Si no se hace, “luego lo más fácil es echar la culpa a la Ertzaintza y decir que su reacción ha sido desproporcionada”, reprochó el consejero.