Que Eneko Andueza pusiera en duda las ganas del PNV de seguir gobernando con los socialistas se ha convertido en un caramelo para la oposición a ambos partidos, ya que tanto EH Bildu como el PP han incorporado la última disputa entre los socios a su argumentario político para desgastar al Ejecutivo, o para poner en valor sus respectivas alternativas. Como si se tratara de una profecía autocumplida, el secretario general del PSE ya había admitido el miércoles que estas trifulcas benefician a EH Bildu, aunque no cree que el causante de las fricciones sea él, sino el PNV, al que acusa de no coordinarse con los socialistas. El hecho es que sus palabras han dado pie a una nueva jornada de dardos contra los dos aliados.
EH Bildu criticó a ambos por igual por el “espectáculo” de estos días, pero el PP, en su empeño de rascar votos en el electorado del PNV, volvió a centrar su ofensiva en los jeltzales e insinuó que viven sometidos a los socialistas y desdibujados políticamente. En unas declaraciones realizadas en los pasillos del Parlamento Vasco, el portavoz de EH Bildu, Pello Otxandiano, denunció este jueves la “política espectáculo” que cree que están practicando PNV y PSE con su “polémica” migratoria. Parece que EH Bildu ha visto la oportunidad de utilizar este debate para marcar distancias con el ruido y presentarse como una formación más seria que sus contrincantes, mientras asume un perfil bajo sobre el debate de fondo y evita la polémica. Otxandiano dijo que los debates “sensibles” en materia económica, social o cultural exigen actuar con “seriedad”, y que EH Bildu no va a caer en la “política espectáculo”. “Esto no se puede hacer así”, sentenció. El PSE le había recriminado estos días que diga lo que no hay que hacer, pero no concrete lo que hay que hacer.
"Lo que ha querido hacer el PSE es que se note que los que mandan son ellos"
Por parte del PP, su presidente en la comunidad autónoma vasca, Javier de Andrés, ha recibido esta polémica como anillo al dedo en su estrategia para presentar al PNV como un partido de centro secuestrado por la dependencia de la izquierda, que es el mensaje que repite de manera insistente su partido desde que los jeltzales apoyaron la moción de censura contra el entonces presidente español Mariano Rajoy. Por tanto, para De Andrés esta polémica tiene un claro ganador y un perdedor, el PSE y el PNV, respectivamente. Así se desprende de sus declaraciones, que parten de una idea, la necesidad del PSE de hacerse visible, que es cierto que parece que está detrás de este enredo: “Creo que lo que ha querido hacer el PSE es que se note que los que mandan son ellos, y el PNV al final lo está aceptando. El PNV acepta que se note que el que manda es el PSOE. No creo que afecte en modo alguno a la coalición, pero el PSE quería que se notara que ellos son los que mandan y lo están consiguiendo”. De Andrés, en la línea de sus discursos anteriores, no pone en duda la continuidad de esta coalición, que cree que conviene a los dos partidos. Esto permite al PP presentarse como la única alternativa conservadora en suelo vasco, un mensaje que exprime desde la anterior legislatura.