El lehendakari ohia, Iñigo Urkullu, comienza una nueva vida. Sin mirar atrás y sin rencillas, pero poniendo su capital político al servicio de la causa europeísta. Y lo hace como presidente de la fundación eAtlantic, un lobby que pretende impulsar el eje atlántico y el papel de los territorios en el continente, y que le va a permitir dar continuidad a ese empeño personal que mostró al frente del Gobierno vasco: que la fachada oeste de la Unión Europea no pierda influencia y que se pueda rematar la creación de la macrorregión atlántica, que es un club de territorios del oeste europeo de hasta cinco estados, que quieren tener proyección y no quedar descolgados de las inversiones en materia energética o ferroviaria. 

Este viernes se ha puesto de largo el proyecto en el Bizkaia Aretoa de Bilbao, en una jornada elegida a conciencia, el Día de Europa, por el aniversario de la declaración Schuman que fue el embrión del proyecto comunitario. Con ese espíritu europeísta, se ha producido una primera reunión oficial del patronato, compuesto por BBVA, Iberdrola, Kutxabank, Petronor y Urkullu, y que cuenta además con la colaboración de varias entidades académicas y del ámbito social. Tras el encuentro, Urkullu ha comparecido en rueda de prensa para exponer las claves del proyecto con el lema Garapena Saretzen y con vocación de "complementar" los esfuerzos de las instituciones públicas y privadas. Supone también su primera reaparición como tal tras mantenerse en un discreto segundo plano por decisión propia, más allá de las escasas entrevistas concedidas, la recogida del premio de Sabino Arana Fundazioa o el homenaje que le tributó el PNV de Durango.

En una rueda de prensa marcada por la expectación, Urkullu anunció que se pondrán en marcha con carácter inmediato dos grupos de trabajo: uno, para aterrizar en el eje atlántico las conclusiones de los informes Letta y Draghi, sobre la pérdida de competitividad europea ante Estados Unidos y China; y otro, para impulsar el papel de los territorios con competencias legislativas en la Unión Europea, con la intención de poner en valor las instituciones más cercanas a la ciudadanía. Incluso podrían esbozar un reglamento. Urkullu da continuidad a uno de sus grandes empeños, que se remonta a su etapa como lehendakari. Ya entonces, organizó reuniones con gobiernos como los de Nueva Aquitania, Nafarroa, Cantabria, Asturias y Galicia, y citas con autoridades internacionales en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Ese capital lo pone ahora al servicio de otras instituciones públicas y privadas, sin afán de protagonismo, según ha aclarado él mismo a preguntas de los medios de comunicación.

Urkullu respondió a las preguntas y a las lecturas que podrían hacerse sobre una eventual duplicidad en los esfuerzos con el lehendakari Pradales, quien lo sucedió además como candidato a las elecciones autonómicas, o incluso a quienes puedan pensar que tiene una espina clavada por no haber continuado durante una legislatura más para rematar la macrorregión atlántica. El lehendakari ohia aclaró en primer lugar que esta es una fundación privada, sin ánimo de lucro, y que cada uno tiene su tiempo y lugar. Las instituciones públicas pueden hacer gestiones, pero su fundación puede ayudar haciendo pedagogía y construyendo una “narrativa” sobre la importancia del proyecto, que en ocasiones se percibe como algo abstracto o lejano. "Me corresponde otra responsabilidad desde la sociedad civil. Somos absolutamente complementarios y me alegrará que el Gobierno vasco pueda culminar los trabajos" a favor de la macrorregión, dijo Urkullu.

En segundo lugar, cree que su tiempo como lehendakari terminó y lo tiene claro: "No me corresponde el protagonismo político". Por tanto, son dos planos distintos. Su intención es "aportar valor añadido", y confirmó que Pradales y el Gobierno vasco en su totalidad están "absolutamente informados" de su iniciativa y tienen la documentación al respecto, así como el expresidente del EBB, Andoni Ortuzar, y el actual líder del PNV, Aitor Esteban. La disposición a colaborar es "absoluta", pero también con otras instituciones públicas y privadas. 

Compatibilidad

El lehendakari ohia inicia este periplo como presidente de la fundación, que ha sido autorizada ya por el Gobierno vasco; pero no como presidente ejecutivo, con dedicación exclusiva y remuneración. Los patronos le han propuesto que sea presidente ejecutivo, pero para ello necesita que se le autorice su compatibilidad como sucede con otros cargos públicos que inician una actividad privada en los dos años posteriores a su mudanza. "Estoy a la espera de una resolución. No me preocupa porque estamos siguiendo todos los trámites", dijo.

Los proyectos de la fundación

Urkullu comenzó poniendo en valor que el Día de Europa es un momento para "ratificar que somos europeístas". "Queremos hacer una aportación positiva al proyecto de integración", dijo, en una Europa "hostigada por populismos y regímenes iliberales". "La Unión Europea ha logrado alumbrar un espacio de paz y prosperidad, debe seguir siendo garantía de democracia y fuente de progreso y artífice de un orden internacional basado en valores compartidos", añadió.

Puso al servicio de las instituciones públicas el "conocimiento y experiencia de los 27 miembros" de esta fundación, que representan a una parte sustantiva del tejido social de Euskadi y a empresas preocupadas por el riesgo de pérdida de influencia del flanco oeste. Este mensaje encaja como un guante en las preocupaciones del lehendakari Pradales y de otros gobiernos por encima de siglas políticas, de PP y PSOE. Urkullu ya se ha puesto en contacto también con los socios europeos del eje atlántico, con varios territorios de Portugal, el Estado francés, Gales o el sur de Irlanda para presentar este proyecto.

"Tenemos un plan de acción claro y medios para ponerlo en marcha", dijo, para anunciar los dos grupos de trabajo sobre los informes Letta y Draghi y sobre el papel de los territorios. Se marcó desafíos como descarbonizar la economía sin perder competitividad o reforzar las interconexiones. Apostó por mantener una interlocución estable con las instituciones europeas, y mejorar la comprensión de la Unión Europea con un lema: "no se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama". A favor de Europa, sí, pero de una Europa de los pueblos.

Patronos

Urkullu ejercerá como presidente de la fundación, y la directora será Marian Elorza, la exsecretaria de Acción Exterior que lo acompañó en el Gobierno vasco. En el patronato promotor figuran como vocales rostros muy conocidos e influyentes de la esfera empresarial como el presidente de Kutxabank, Antón Arriola; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de BBVA, Carlos Torres; y el de Petronor, Emiliano López Atxurra. Colaboran con esta fundación las universidades públicas y privadas vascas, las tres cámaras de comercio y otros colectivos y ciudadanos a título personal. Urkullu ha estado en contacto con los patronos desde el mes de julio del año pasado y les ha agradecido la facilidad y generosidad que han mostrado. Además, ha mantenido contactos con think tanks en la Unión Europea, como el Instituto Jacques Delors, y se está estudiando la posibilidad de presentar proyectos para la fundación Ford de Estados Unidos.

Se ha hecho pública también la extensa lista de patronos colaboradores, como la Universidad del País Vasco; las de Deusto, Mondragon y Euneiz; Innobasque, las tres cámaras de comercio de la CAV, CIE Automotive, CAF, Ayesa Ibermática, Bodegas Díaz Caballero, Gran Hotel Lakua, Engranajes Juaristi, FAES Farma, Fundación Novia Salcedo y la Asociación del País Vasco para la Unesco. A título individual, participan, entre otros, el secretario general de Eurobasque Igor Filibi, quien ya hizo una propuesta base en la legislatura pasada para dar voz a los territorios en Europa; el miembro del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, Mikel Mancisidor; el expresidente del Grupo Mondragón Iñigo Ucin, o la directora de Caritas Bizkaia, Elena Unzueta.