Andoni tenía solo 14 años cuando entró en la todavía ilegal EGI —era el año 1976—. Ahora apura sus últimos días al frente del Euzkadi Buru Batzar, una responsabilidad que nunca imaginó que debería asumir. Su trayectoria profesional y política se ha guiado siempre por una máxima: contribuir al crecimiento y al progreso de nuestro Pueblo. La razón de ser del PNV: Aberria eraiki, alderdia indartuz

Andoni es un político con mayúsculas, que ha dado un paso al frente cada vez que se le ha pedido, con un protagonismo decisivo en momentos clave de nuestra historia reciente. Entró en el Gobierno vasco en 1987, donde desplegó la red de acción y relaciones exteriores que han permitido a Euskadi abrirse al mundo y tejer alianzas estables. La Euskadi Global de hoy bebe de aquella siembra junto con el lehendakari Ardanza.

Posteriormente lideró la transformación de EITB. Le conocí personalmente entonces, cuando impulsó un nuevo Máster de comunicación en colaboración con la Universidad de Deusto en Donostia, donde yo comenzaba a trabajar. Recuerdo aquel encuentro como una lección magistral en la que Andoni desplegó sus dotes comunicativas y nos animó a formar a las y los estudiantes en las claves de la nueva era digital que se abría paso hace casi 25 años. Su etapa, primero al frente del BBB y luego del EBB, en tándem con el lehendakari Urkullu, ha sido fructífera para el País y para el partido. Conviene recordar el drástico impacto que tuvo la crisis financiera de 2008 en la actividad económica y el empleo, con una tasa de paro llegó a alcanzar el 16%, más del doble de la actual. Recuerdo a Andoni explicando la necesidad de “hacer virar el gasero poco a poco”, proceder al “aggiornamento” y a la modernización de un partido que, pese a haber ganado las elecciones vascas de 2009, se vio relegado a la oposición. 

Agradezco la confianza que me demostraron en aquel momento de cambio, confiando en mí para participar en el proceso Think Gaur Euskadi 2030. En menos de un lustro, el PNV pasó de gobernar solo en la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, a recuperar el Gobierno vasco, las tres Diputaciones Forales, las tres capitales de la CAV, y el Gobierno de Navarra a través de Geroa Bai. Unas cotas de responsabilidad institucional sin precedentes. Euskadi remontó la crisis, redujo las desigualdades y creció en competitividad y bienestar.

Esta fase de estabilidad, prosperidad y acuerdos no ha estado exenta de dificultades. A Andoni le ha tocado dirigir el gasero en aguas revueltas: la pandemia, el Brexit, la guerra de Ucrania, la crisis de las democracias liberales o el ascenso de los populismos, en un marco político estatal y europeo inestable y frágil con gobiernos de todos los colores. También los desafíos del cambio climático, las transformaciones tecnológicas, el envejecimiento o los movimientos migratorios. Factores de desgaste político ante los que, con el liderazgo de Andoni, hemos acertado a dar respuesta. No ha sido producto de la casualidad.

Recuerdo el esfuerzo de reflexión de tantas y tantas personas en el proceso “Ser. Vivir. Convivir”, que tuve la oportunidad de coordinar junto con el EBB con motivo del 125 aniversario del partido. Fruto de este espíritu de contraste, autocrítica y mejora permanente, hemos logrado seguir avanzando, fortalecer los servicios públicos, y, sobre todo, incrementar las capacidades políticas de Euskadi. 

De Andoni muchos destacan su cercanía. Y es así. Creo que el agua cobriza y mineral de Sanfuentes le otorgó en su juventud un don de gentes que sabe desplegar con maestría. Empatiza con las personas generando confianza y vínculos duraderos, incluso con quienes no comparten sus ideas. Autoexigente consigo mismo y con quienes le rodean, ha sabido trabajar en equipo, contagiando entusiasmo y energía sin renunciar a pasarlo bien. Es directo, apuesta por los demás, no impone su visión y deja a las personas que encuentren su propio camino. Pero cuando se trata de mojarse, tampoco le tiembla el pulso. 

Más allá de su talante afable, en Andoni siempre he visto un animal político, con ideales claros y un gran instinto para leer el momento, además de ser capaz de desplegar una enorme capacidad para tejer consensos y lograr beneficios para nuestro Pueblo.  

Comprometido y generoso hasta el final de su etapa en el EBB, cede el testigo de un partido fortalecido en lo ideológico, institucional y político que nos deja como legado más y mejor Euskadi. Andoni y el partido emprenden una nueva etapa. El gasero sigue avanzando hacia la libertad plena de nuestro Pueblo. Jelkide, abertzale eta lagun, izan zarelako, gara, eta izango dira!

Eskerrik asko!