El exportavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha protagonizado este miércoles su estreno parlamentario en su nuevo desempeño al frente del departamento de Seguridad. El consejero ha expuesto en comisión las líneas generales que seguirá su departamento en la presente legislatura. Su tarea es una de las asignaturas hueso de este mandato, en un contexto de debate social en torno a la inseguridad ciudadana en determinados barrios, la ciberdelincuencia, la relación con los sindicatos de la Ertzaintza o, incluso, sobre el modelo policial y la proporcionalidad de algunas actuaciones en eventos multitudinarios o al reprimir delitos. Este miércoles, Zupiria quiso que fuera por delante su reivindicación de la Ertzaintza como “uno de los principales símbolos del autogobierno”, y un Cuerpo donde “la mayor parte” de la plantilla está comprometida con el servicio a la ciudadanía. Pero, a partir de ahí, puso sobre la mesa las aportaciones que quiere hacer su equipo: “aumentar la sensación de seguridad” en Euskadi y tomar nota de la preocupación en determinados barrios, y “modernizar” a la Ertzaintza realizando actuaciones que van desde la especialización de los agentes en nuevos delitos como la ciberdelincuencia, hasta la renovación de la imagen y los uniformes o su flota de vehículos. El departamento hará “todo lo que esté en su mano para cuidar la profesionalidad de la Ertzaintza y conseguir la adhesión” del mayor número de ciudadanos y ciudadanas que sea posible.

Zupiria recordó que el Plan de Seguridad caducará el año que viene, de ahí que su departamento tenga que realizar ahora un nuevo diagnóstico para dar forma al Plan General de Seguridad Pública de Euskadi 2026-2030. Con carácter más inmediato, antes de que termine octubre, aprobará el decreto de áreas del departamento, con la información ya adelantada por este periódico: habrá un viceconsejero de Seguridad, Ricardo Ituarte, y otra de Protección Civil, Joana Egiluz. La intención es implantar un modelo que Bingen Zupiria resumió con el binomio “security and safety”, es decir, una viceconsejería más centrada en el delito, y otra, en los accidentes o las catástrofes naturales. Zupiria pretendía trasladar la idea de que la Ertzaintza está ahí “para ayudar a la ciudadanía, a quien lo necesite”.

Inseguridad, ¿percepción o realidad?

Antes de abrir la ronda de réplicas de los partidos, Zupiria hincó el diente a uno de los debates sociales que están en la opinión pública: admitió por propia iniciativa que “ha crecido la sensación de inseguridad” en la comunidad autónoma vasca. Este punto provocó un intenso rifirrafe con la ultraderecha de Vox, que acusó a Zupiria de simplificar el problema y reducirlo a una mera percepción ciudadana. Zupiria repitió una frase que el lehendakari Pradales no deja de pronunciar desde la precampaña de las elecciones, que “Euskadi es un país seguro” si se compara el número de delitos ocurridos aquí con otros territorios similares en población o perfil socioeconómico; pero dejó ver que no se va a tomar este asunto a la ligera. De hecho, reconoció que el número de delitos denunciados o el número de tentativas ha aumentado en estos últimos años, y admitió que “la sensación de inseguridad ha crecido y el número de personas que muestran su preocupación por la seguridad ha aumentado”.

“No nos conformamos con que los datos muestren una Euskadi más segura que otros ámbitos de nuestro contexto europeo o internacional. También es nuestra labor aumentar la sensación de seguridad en Euskadi. Sabemos que en las grandes urbes y, sobre todo, en zonas determinadas, existen bolsas delincuenciales a las que la Ertzaintza debe hacer frente en coordinación con las policías locales”, aclaró. Zupiria detalló que a su departamento le preocupan, por ejemplo, los grupos criminales internacionales que se dedican al robo y exportación de teléfonos móviles o el aumento de los ciberdelitos.

'Airbag' en los trajes de los motoristas, flota de helicópteros...

¿Qué es lo que va a hacer el departamento? Actuará en dos frentes: por un lado, reforzando los recursos materiales en el Cuerpo y, por otro, con un mayor nivel de especialización. Por ejemplo, habrá una jefatura de coordinación de la ciberseguridad en la Ertzaintza, también se activará un sistema de información policial compartido entre la Ertzaintza y las policías locales, los agentes municipales serán incluidos en el teléfono de emergencias 112, se promoverá un Pacto Vasco por la Ciberseguridad y habrá también nuevos protocolos contra la violencia de género. 

Además, su departamento aprobará un Plan de Modernización de la Ertzaintza y un Plan de Cobertura de Plazas y Calendario de Convocatorias. Dotará a la Ertzaintza de nuevas herramientas tecnológicas, extenderá el uso de cámaras individuales de grabación; renovará sus uniformes “modernizando su imagen y mejorando la seguridad, movilidad y confortabilidad de las y los agentes, con perspectiva de género”, se renovará también la flota vehículos de 300 patrullas, y se reforzará la seguridad de los agentes con los airbag en los trajes de aquellos que vayan en motocicleta. La flota de helicópteros se renovará antes de que acabe 2025.

Tensión por la plantilla y la inseguridad con PP y Vox

Zupiria se refirió al modelo policial como un modelo “en permanente revisión, que debe adecuarse a la realidad cambiante”, con respeto a los derechos humanos, con sentido de pertenencia, y con un carácter técnico y científico. ¿Bastaron estos anuncios para la oposición? Por un lado, PP y Vox interpretaron que Zupiria no va a ampliar la plantilla, que se sitúa en 7.592 ertzainas. Faltan 408 para llegar a los 8.000 pactados en su momento en la Junta de Seguridad con el Estado. “Con un récord de delitos, vamos a tener menos agentes”, dijo el PP. Pero Zupiria desmintió que haya renunciado a ampliar la plantilla. Por otro lado, con EH Bildu se cruzaron algunas menciones a las actitudes del pasado, y Julen Arzuaga torció el gesto cuando Zupiria vio a la mayor parte de los ertzainas “comprometidos” con un buen servicio. Zupiria pidió responsabilidad y cooperación, algo que va a ser clave que EH Bildu tiene más de 100 alcaldías y, por tanto, tiene mando sobre la Policía local. En cualquier caso, no hubo tanta tensión entre ambas partes como en la anterior legislatura, y Arzuaga tendió la mano, quizás en el marco de ese periodo de gracia que parece conceder Bildu al lehendakari Pradales. 

Negociación con los sindicatos

El consejero aludió a otro de los asuntos clave de esta legislatura y se comprometió a abordar “con el mejor de los talantes y la máxima dedicación” el diálogo y el pacto sobre el Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo de la Ertzaintza. Fue en ese punto en el que citó, de manera breve, la apuesta por “reforzar y adecuar los efectivos abordando un Plan de Cobertura de Plazas y calendario de Convocatorias”, lo que desmiente las acusaciones del PP. Además, apostó por formar desde Arkaute, con Miren Dobaran, a equipos que actúen con respeto y profesionalidad. Al Estado, le pidió las transferencias de meteorología y salvamento marítimo de manera “inmediata”, así como abordar la seguridad privada.

Contactos para reforzar a la Ertzaintza

Zupiria reveló que ha estado en contacto “con muchos y diversos agentes”, con mandos, con la universidad, con la Comisión de Control y Transparencia y con otros actores porque, con un ejercicio “de escucha activa y colaboración conseguiremos reforzar la imagen de la Ertzaintza como un instrumento fundamental del servicio público vasco de seguridad”. “La mayor parte de las y los ertzainas están comprometidos con este servicio público, están comprometidos con la sociedad a la que sirven, y lo hacen a través de su profesionalidad y desempeño. Se encuentran comprometidos con la modernización de la Ertzaintza, comparten el objetivo de que la seguridad sea un atributo destacado de nuestro país”, defendió.