El exmiembro de ETA José Ignacio Guridi Lasa negó ayer que el exjefe de la banda Javier García Gaztelu, Txapote, ordenara al comando Ttotto la colocación de un macetero bomba que no explotó en una vivienda en Cintruénigo (Nafarroa). Un ertzaina, por contra, dijo que en su declaración en comisaría Guridi Lasa reconoció que Txapote marcaba los objetivos a su grupo.

La intervención del agente como testigo se produjo en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra Txapote, Asier Arzalluz Goñi Santi y Aitor Agirrebarrena Beldarrain Peio. Según la Fiscalía, el primero habría dado “instrucciones” a los dos últimos para la colocación del artefacto. Por estos hechos, la Fiscalía pide 53 años y 8 meses de prisión para Txapote como “autor por inducción” de dos delitos de asesinato y un delito de estragos terroristas, ambos en grado de tentativa. Para Santi y Peio reclama 52 años de prisión como autores.

El ertzaina que tomó declaración a Guridi Lasa tras su detención explicó al tribunal que en dependencias policiales, y en presencia de su letrado, afirmó que García Gaztelu fue el responsable de captarle para integrarse en la banda. Según el agente, también reconoció que el propio exjefe de ETA marcaba los objetivos. Guridi Lasa, sin embargo, se desmarcó ayer asegurando que “en la comisaría, con el médico forense”, denunció haber recibido torturas. “Dije que veía alucinaciones, pero nadie hizo nada”, apostilló.

Ayer también declaró en el juicio una testigo protegida en cuyo domicilio se encontró el macetero bomba colocado por la banda. La mujer explicó que un sargento de la Guardia Civil se desplazó hasta su vivienda, en la que vivía con su hijo de 4 años y su perra, y localizaron el artefacto en una zona muy cercana a sus habitaciones. Añadió que fue su perra la que les “salvó la vida”, ya que “nunca ladraba y una noche la oí ladrar exageradamente, como nunca lo había hecho”, al parecer a los etarras que fueron a su casa.