En las instituciones donde el PP ha decidido dar entrada a Vox, la ultraderecha ha optado por dar responsabilidades a los perfiles más radicales que ha encontrado en la formación.

Es el caso del vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, conocido por sus constantes salidas de tono y polémicas incendiarias; del nuevo presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne, con un discurso abiertamente machista y negacionista; y, desde ayer, de la nueva presidenta de la Cámara de Aragón, Marta Fernández.

Y es que Fernández es una ultra negacionista de las vacunas y del cambio climático, y no dudaba en exhibir su discurso conspiranoico en una cuenta en la red social Twitter que se ha apresurado a eliminar ante su nuevo cargo institucional.

Ataques a ministras

Una cuenta en la que incluía, por ejemplo, un vídeo en el que insultaba especialmente a la ministra de Igualdad, Irene Montero, de quien asegura que le dan miedo “los pitos” y no sabe “nada de la vida”, sólo “arrodillarse para medrar”.

En otra de sus publicaciones, incluía una mascarilla para ciudadanos y tres fajos de billetes de euros para periodistas como modelos de tapabocas y en otra se preguntaba “¿por qué una bacteria se considera vida en Marte cuando un latido prenatal no se considera vida en la Tierra?”.

También recomendaba lavarse las manos “regularmente” porque “del lavado del cerebro se encarga el Gobierno y los medios de comunicación”, y, respecto del virus del covid, dijo que “no es natural; es un virus de murciélagos; China lo creó de manera intencional y premeditada”.

En otro tuit también cargaba contra “el dictador comunista Pedro Sánchez” en su discurso por la Presidencia de la UE al omitir “nombrar a Ceuta y Melilla al hablar de España”. Desde Vox se han limitado a confirmar que se ha tomado la decisión de desactivar “temporalmente” las redes de la nueva presidenta de las Cortes, segunda autoridad de Aragón.

Respecto a la negociación para el Ejecutivo regional, el portavoz de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco, aseguró que siguen manteniendo que su partido tiene que estar en el gabinete, aunque todavía no se ha hablado con qué fórmulas con el PP.

“Vamos a abrir la mesa de negociación, en la que habrá puntos de acuerdo y de desacuerdo, pero lo principal no son los sillones, sino que tengamos una sintonía grande con el programa”, resumió el dirigente de Vox.