La Casa Real se ha remitido a lo que decidan las autoridades británicas sobre todos los asuntos protocolarios que puedan afectar al rey Juan Carlos y a la reina Sofía durante su asistencia al funeral por la reina Isabel II que se celebrará el próximo 19 de septiembre en la abadía de Westminster.

Serán por tanto las autoridades británicas las que señalen el lugar en que se sentará el rey Juan Carlos, si lo hará junto a su hijo, Felipe VI, o en otro lugar de la abadía, reservado a familiares o antiguos jefes de Estado.

Fuentes de Zarzuela han indicado que la Casa del Rey se adaptará en todo caso a las instrucciones organizativas, logísticas y protocolarias que adopten las autoridades británicas como responsables del desarrollo de los actos fúnebres.

La Casa Real confirmó este lunes que don Juan Carlos y doña Sofía habían comunicado su intención de acudir a las exequias después de recibir la invitación por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores británico.

De coincidir allí, sería la primera imagen juntos de Felipe VI y de su padre, el rey Juan Carlos, desde que hace dos años decidió fijar su residencia permanente en Abu Dabi.

La relación entre las dos casas reales es muy estrecha, ya que están unidas por lazos familiares, tanto por parte del rey Juan Carlos, que es pariente de Isabel II, como por doña Sofía, vinculada familiarmente al esposo de la soberana británica, el duque de Edimburgo, fallecido en 2021.

En la abadía de Westminster se congregará una importante representación de miembros de las casas reales de todo el mundo, así como relevantes dirigentes y líderes mundiales, como el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

La presencia simultánea en esta ceremonia de don Juan Carlos y su hijo, el rey Felipe, acaparará la atención después del último encuentro de ambos, el pasado mes de mayo en Madrid, tras una visita a Galicia del anterior jefe del Estado para participar en unas regatas, aunque en aquella ocasión no hubo imagen de ambos juntos.

Se da además la circunstancia de que el rey Juan Carlos tiene pendiente en el Reino Unido un procedimiento impulsado por su antigua amiga Corinna Zu Sayn-Wittgengstein, que la demandó civilmente por supuesto acoso e implicó al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuando lo dirigía Félix Sanz Roldán.