El PNV seguía buscando este lunes una vía con el Gobierno español para concertar las nuevas tasas a la banca y energéticas y que estos gravámenes respeten el sistema foral vasco. Este lunes a la tarde aún no se había resuelto este asunto, aunque el Gobierno español desliza que al final habrá acuerdo. Las conversaciones seguían ante la complejidad del problema provocado por la decisión del Gobierno de Sánchez de dar a estas figuras la categoría de prestaciones patrimoniales públicas no tributarias, es decir, no las consideró impuestos. Esto, a su vez, suponía saltarse el procedimiento habitual para concertarlas con las diputaciones vascas y que puedan recaudar esos recursos económicos. El departamento de Hacienda de Pedro Azpiazu, como adelantó este periódico, también participa en unas conversaciones de una gran dificultad técnica, porque ese movimiento de Sánchez obliga ahora a buscar una vía menos convencional para concertar las tasas.

Fuentes del PNV en el Congreso explicaron a este periódico que van a “agotar todas las opciones para que se haga bien”. El diálogo se apura en puertas de que el Congreso de los Diputados vote este mismo martes si toma en consideración la proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos, un primer trámite que probablemente pasarán sin problemas por el apoyo de varios socios a estas tasas. El PNV comparte el fondo y la idea de que se repartan los costes de esta crisis desatada por la guerra en Ucrania y que todos arrimen el hombro, pero pide respetar las competencias. Por parte del Gobierno de Sánchez, también parece que existe voluntad de resolver este conflicto y respetar la foralidad, pero la figura de las prestaciones no tributarias ha generado un problema técnico muy complejo y está siendo difícil encontrar una fórmula. Sánchez sí dejó ver la semana pasada en el Senado que está dispuesto a respetar las competencias y la Constitución, y esta tarde el lehendakari ha deseado en la cadena Ser que los mensajes que llegan desde Moncloa desemboquen en una solución definitiva.

Este problema no se hubiera presentado de no ser por la fórmula escogida para las tasas. Ya a finales de julio, el portavoz Aitor Esteban exigió que se respetara el Concierto Económico y que se concertaran los impuestos con los territorios de la CAV y Nafarroa, que tienen sus propias haciendas. Azpiazu denunció que el Estado se saltara el procedimiento. En algunos ámbitos se considera ahora en retrospectiva que Sánchez no quiso saltarse el Concierto de manera deliberada o que, al menos, no era ese su objetivo, sino que escogió la figura de las prestaciones patrimoniales públicas no tributarias para simplificar los trámites. 

Otra cosa es que, como víctima colateral, se haya provocado este enredo que dificulta concertarlas con las instituciones vascas. El PNV y el Gobierno vasco ya criticaron que se pudiera hurtar la posibilidad de que Euskadi recaude las tasas sobre los beneficios extraordinarios de Iberdrola, Petronor como filial de Repsol o BBVA. El convencimiento de que son impuestos se llamen como se llamen es firme en la parte vasca.

Tasas para 2022 y 2023

Las tasas serán extraordinarias y temporales, y gravarán los beneficios extraordinarios obtenidos este año y en 2023 por la subida de los precios y el encarecimiento de la energía. En concreto, se pretende gravar con un 1,2% las ventas de las energéticas, y con un 4,8% las comisiones e intereses netos de los bancos. El Ejecutivo de Sánchez ha realizado algunas estimaciones de recaudación que ya han sido cuestionadas desde diversos ámbitos, y que sitúan en torno a los 7.000 millones la cantidad de dinero que se puede conseguir entre ambos años.

Desde la consejería de Azpiazu no quisieron adelantar nada y apelaron a la discreción porque están trabajando con el Ejecutivo español. Este martes será el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, quien despeje el sentido del voto de su grupo.