La Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional ha descartado que el ahora comisario jubilado José Manuel Villarejo dispusiera de sistemas de espionajes que le permitiesen pinchar teléfonos móviles de manera remota.

En un oficio de este lunes, al que ha tenido acceso Europa Press, los investigadores se dirigen al juez de la Audiencia Nacional encargado de investigar los negocios privados de Villarejo después de que el expresidente de Sacyr Luis del Rivero denunciase que su teléfono había sido hackeado por un tercero.

Así, y en el marco de la pieza 21 de 'Tándem' --en la que se indaga en los supuestos trabajos de Villarejo para Repsol y CaixaBank--, la Policía deja claro que "de los datos objetivos recabados a lo largo del procedimiento no se ha obtenido evidencia" de que CENYT, la empresa del comisario, "disponga de herramientas tecnológicas con las capacidades descritas" por Del Rivero.

En concreto, el que fuera presidente de Sacyr Vallermoso aseguró en un escrito dirigido al instructor --que acompañaba con un informe pericial-- que en su móvil existían grabaciones de audio realizadas "por terceras personas sin autorización judicial y sin consentimiento alguno".

"Los terminales BlackBerry han tenido instalados en su memoria interna un sistema de espionaje que ha permitido el total control de los terminales, entre otros la grabación de conversaciones y de llamadas telefónicas y la eliminación o borrado masivo de ingentes cantidades de mensajes y de registros telefónicos con el fin de ocultar pruebas que delaten los accesos encubiertos que se han estado realizando en los terminales", aludía Del Rivero.

LOS "RONQUIDOS" DEL EXPRESIDENTE DE SACYR

En ese documento elaborado por los peritos se afirmaba que no tenía sentido que el propio Del Rivero grabase "un trozo de la misa" a la que acudía o en disponer de un audio de "sus ronquidos". "La grabación comienza y finaliza con los ronquidos por lo que no es probable que el señor del Rivero accione la grabación en sueños mientras ronca", enfatizaba.

La Unidad de Asuntos Internos también apunta, a este respecto, que no hay constancia de que Villarejo dispusiera de "personal cualificado" para acometer este tipo de acciones. Asimismo, "tampoco consta que a través del entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO)" se le ofertase esa posibilidad.

En este contexto, los investigadores inciden en que no se trata de capacidades que Villarejo haya ofertado a sus clientes en los diferentes proyectos investigados como en el caso de Iron, el encargo que el comisario jubilado recibió de un despacho de abogados de espiar a un bufete de la competencia.

Pese a ello, la UAI sí que deja constancia de que uno de los investigados en el Proyecto Wine fue Del Rivero, "a cuyo tráfico de comunicaciones telefónicas se accedió sin habilitación legal ni, por tanto, cobertura judicial alguna por parte de Grupo CENYT, con la finalidad de facilitar dicha información al cliente".

El citado proyecto, encomendado supuestamente por Repsol y CaixaBank, tendría como objetivo truncar el pacto que Del Rivero trató de cerrar con la petrolera mexicana Pemex para hacerse con el control de Repsol, compañía en la que Caixabank era accionista de referencia.