Donostia - Los jueces antiterroristas franceses ordenaron ayer el ingreso en prisión de Iratxe Sorzabal y David Pla, considerados como los jefes de ETA, y les imputaron formalmente por seis cargos, entre ellos el de dirección de una organización terrorista. El denominado juez de las libertades y la detención, que en Francia es el encargado de decretar el envío a la cárcel de los arrestados, dictó auto de prisión contra tres de los cuatro detenidos en la operación del pasado martes contra la cúpula de ETA en Iparralde. El Gobierno español considera que eran los últimos líderes cualificados de la organización armada, y consideró que ha quedado muerta y enterrada. En otros ámbitos han pedido a Madrid que se preste a un desarme ordenado para tener bajo control todas las armas y evitar escisiones.

Un cuarto detenido, cuya identidad no fue revelada por las fuentes consultadas por Efe, pidió un plazo adicional para preparar su defensa, y su caso será examinado el próximo miércoles, fecha hasta la que permanecerá en prisión. Junto a Sorzabal y Pla fueron arrestados en la llamada Operación Pardines el antiguo responsable del aparato internacional de ETA Ramon Sagarzazu y el dueño del caserío donde se produjo el encuentro, Pantxo Flores. La Fiscalía francesa acusó anteayer a Pla y Sorzabal de “dirección de una organización creada para preparar atentados contra personas con fines terroristas”, y pidió ante el juez de instrucción su encarcelamiento.

También presentó los cargos, todos confirmados en la imputación, de “receptación de financiación del terrorismo, posesión de armas y munición, porte y transporte de armas y municiones, receptación de armas y municiones provenientes de un robo a mano armada, y posesión de documentos administrativos falsificados”, todo ello dentro de una “banda organizada con fines terroristas”. Sagarzazu y Flores fueron acusados de “asociación de malhechores con fines terroristas”. Sorzabal (43 años) y Pla (40 años), al parecer, tenían sendas pistolas cuando fueron capturados en Agorerreka, el caserío de Flores, donde también se encontraron documentos de identidad falsos. - Efe