El Tribunal Supremo confirmó ayer la condena a dos años y un día de prisión que la Audiencia Nacional impuso a Javier Agirre por colocar un artefacto explosivo que el 26 de octubre de 2006 provocó graves daños en una entidad bancaria de Vitoria. La Sala de lo Penal desestimó así los recursos interpuestos por la defensa de Agirre, absuelto inicialmente por la Audiencia Nacional, y por el Ministerio Fiscal contra la sentencia dictada el pasado abril en la que se le consideraba culpable de un delito de daños terroristas mediante incendio y se le obligaba a indemnizar con 30.529,86 euros a la Caja Vital Kutxa.
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