Pelea de gallos
“Guerra total”, “Bromance predestinado al fracaso”, “divorcio”... Son muchos los conceptos que se están manejando para explicar que Donald Trump y Elon Musk san enfadao, al punto de que el primero ha amenazado con cortarle el grifo financiero gubernamental al segundo, y éste ha respondido acusando públicamente a Trump de estar en los archivos no publicados de Jeffrey Epstein, el multimillonario acusado de pederastia y tráfico de menores. A Donald Trump y a Elon Musk se les acabó el amor de tanto usarlo y no sé quién gana de los dos, pero sí temo que, aunque no sé cómo, los que perderemos seremos el resto.
Es así, se dice y punto
El otro día Javier Quesada, consejero delegado del fabricante de componentes para coches Teknia, afirmaba en una entrevista que la UE se ha pegado un tiro en el pie apostando por el coche eléctrico en un plazo muy corto. Ahora, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, ha sido más vehemente: “Teníamos la joya de la industria y nos hemos echado en manos de los chinos”. Nadie duda de que hay que darle una vuelta a los motores de combustión. Pero la realidad es que se ha demostrado que la ideología ha ido por encima y por delante de la tecnología imponiendo una serie de medidas que han dejado al sector temblando.
La dictadura, mejor
Ahora que Ayuso copa titulares día sí y día también, no está de más recordar que Esperanza Aguirre caminó para que su pupila política pueda correr. La ex presidenta madrileña nos sigue reportando grandes titulares como este: “A la larga, la dictadura fue mejor que la II República” y, “quitando los primeros años”, el régimen de Franco fue “un régimen autoritario muy preocupado por el orden público”. Claro que sí, guapi. Para enmarcar la respuesta del Catedrático de Historia Contemporánea Julián Casanova: “Dicen que los jóvenes prefieren la dictadura a la democracia. Pero tienen maestras”.
Ibai, el basurero
Esos maestros están donde menos te lo esperas y pueden dar la vergüenza ajena de Esperanza Aguirre o el ejemplo diametralmente opuesto de Ibai Llanos. Porque el streamer no tiene ninguna necesidad de ponerse a doblar el lomo, que está donde está y tiene lo que tiene porque se lo ha currado. Y, aún así, durante un día se está metiendo en la piel de los trabajadores de distintas profesiones. Dependiente de una tienda, bombero, vendedor de helados y, ahora, basurero. “No somos conscientes de lo esencial que es en nuestro día a día”, asegura el vasco en un vídeo que aprovecha para pedir una subida de sueldo para ellos.
El fenómeno Tobalina
Nunca un dicho más erróneo y desafortunado que “La letra con sangre entra”. Otro día hablamos de la poca coherencia al lamentar los malos resultados académicos de un sistema en el que, históricamente, se ha fomentado el castigo como un método educativo más. El Club de los Poetas Muertos ya nos enseñó que inspirar y despertar la curiosidad y el pensamiento crítico es mejor camino. Como hace la profesora Eva Tobalina, de la que nos hablan en El Confidencial. Esta doctora en Historia Antigua es todo un fenómeno digital por lo sencillo y divertido que hace aprender sobre sumerios, asirios y romanos. Más gente como ella hace falta.