donostia. El secretario general del PSE-EE de Bizkaia, José Antonio Pastor, acusó ayer al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de haber mandado a la patronal vasca Confebask a hacer "el papel de recadero del PNV" para plantear unas medidas que él "no se atreve a decir".

El dirigente socialista insistió en las críticas a Confebask al asegurar que su junta directiva ha hecho "el papel de recadero del PNV, hablando de que querían un gobierno fuerte" y planteando unas medidas que considera "absolutamente impresentables e injustas". Propuesta, dijo, que está seguro de que Urkullu "las aplaude el señor Urkullu con las orejas" porque "está de acuerdo" en que "se suban los impuestos a los trabajadores, se bajen los impuestos a los empresarios, se expolie el patrimonio público de los vascos y se privaticen servicios para que hagan negocio a costa de los ciudadanos empresas privadas".

Por su parte, Urkullu rechazó que Confebask haya pedido elecciones anticipadas "como ha entendido el PSE y el lehendakari, Patxi López", y consideró que "el problema es que López y los socialistas vascos "se están viendo cada vez más solos", ya que desde hace un mes se han "peleado" con el PP, el Gobierno central, los partidos de la oposición y empresarios, lo que supone "el reflejo de la soledad en la que está el PSE y el lehendakari".

Pese a todo, el líder jeltzale apostó por conseguir "grandes consensos" entre los partidos vascos en ámbitos como la economía, la paz o la normalización política, pero "sin apriorismos de fórmulas de gobiernos futuras y con un planteamiento de relación con todas las fuerzas, sin cerrar las puertas a ninguna".