Donostia. EL 31 de julio de 1959, coincidiendo con la festividad de San Ignacio, el lehendakari José Antonio Aguirre recibía una carta en la que se le notificaba la creación de Euskadi Ta Askatasuna (ETA). Meses después se conoció que los fundadores de ese nuevo grupo pertenecían a una fracción de las juventudes del PNV (EKIN) descontenta con la supuesta tibieza de los jeltzales. Entre ellos se encontraban José María Benito del Valle, Alfonso Irigoien, Iñaki Larramendi, Julen Madariaga, José Manuel Aguirre, Rafael Albizu y Jose Luis Álvarez Enparantza, Txillardegi, autor, este último, de la nomenclatura de la organización.
Todos ellos fueron los ideólogos y responsables de un grupo armado que no llevaría a cabo su primera ofensiva sangrienta hasta nueve años después. Su ejecutor, Txabi Etxebarrieta, está considerado como uno de los líderes carismáticos de la organización, uno de los pesos pesados, a los que seguirían otros muchos como Eustakio Mendizabal, Txikia, Jose Miguel Beñaran Ordeñana, Argala, Francisco Mujika Garmendia, Pakito, o Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, considerados por la propia organización como los verdaderos hombres cualificados que marcaron un antes y un después en ETA.
el primer gran líder
Javier Etxebarrieta, 'Txabi'
Murió a la temprana edad de 24 años pero fueron suficientes para considerarle como el primer gran jefe de ETA tras sus fundadores. Nacido en Bilbao en 1944, Javier Etxebarrieta Ortiz, Txabi, fue aupado a los altares de la organización por haber sido el autor material del primer asesinato, el del guardia civil José Pardines, y por ser el primer militante asesinado por la policía española. Licenciado en ciencias Económicas por la facultad de Sarriko en la especialidad de informática, en 1967 presidió la V asamblea de ETA, donde fue elegido miembro del comité ejecutivo de la organización.
Un año más tarde, la Guardia Civil daba el alto en la localidad guipuzcoana de Aduna al coche en el que viajaban el propio Etxebarrieta y el militante Iñaki Sarasketa. Tras descender del vehículo y ante el temor de que fueran descubiertos, Etxebarrieta sacó su arma y disparó contra el agente José Pardines, que falleció en el acto. Era la primera de las 829 víctimas de ETA. Tras perpetrar el crimen, ambos se dieron a la fuga aunque poco después Etxebarrieta fallecía en un tiroteo con la benemérita.
encargado de reorganizar ETA
Eustakio Mendizabal, 'Txikia'
Los primeros asesinatos vinieron precedidos, casi a renglón seguido, de las primeras detenciones de los activistas. Fue a finales de los años 60 cuando ETA se convirtió en el referente de muchos jóvenes que se acercaban a la organización en un intento por acabar con la represiva dictadura franquista, uno de los principales objetivos de la ETA de hace 40 años.
La responsabilidad de dirigir y reorganizar el organigrama de los nuevos militantes cayó en manos de Eustakio Mendizabal, Txikia, coincidiendo con la época en la que se acentuaron los ataques con bomba y se pusieron en marcha nuevos métodos de financiación, como la extorsión y los atracos. Bajo la batuta de Txikia, que estuvo secundado por históricos como Josu Ternera o el propio Argala, es cuando se produjo el primer secuestro con fines económicos, el del industrial Lorenzo Zabala, que fue liberado tras tres días de cautiverio y que causó un gran impacto social. El 19 de abril de 1973, tras una persecución con la Policía, fue asesinado a tiros por la Policía en Algorta.
Artífice de la 'operación ogro'
Jose Miguel Beñaran, 'Argala'
El 21 de diciembre de 1978, el Batallón Vasco Español (BVE) colocaba una bomba en los bajos del coche de José Miguel Beñaran, Argala, que se encontraba en Anglet, Iparralde. Los restos del vehículo salieron despedidos en un radio de cien metros. Fallecía uno de los nombres más respetados y venerados de la organización, pero nacía el mito de Argala. Nacido en Arrigorriaga en el año 1949, fue uno de los artífices de la Operación Ogro, en la que falleció el almirante Luis Carrero Blanco.
Tras abandonar su localidad natal rumbo a Oñati y tras vivir en sus propias carnes las consecuencias del exilio, Argala fue una de las figuras de ETA que participó activamente en la estructura de la organización y en los objetivos políticos de la misma jugando un papel crucial en el método organizativo. Tras su muerte a manos del grupo ultraderechista BVE, la Policía prohibió la entrada del féretro en su pueblo natal, Arrigorriaga.
el lado más idealista
Domingo Abasolo, 'Txomin'
Su figura al frente de la organización siempre se caracterizó por una dirección posibilista que creía en la lucha armada pero sin renunciar a línea más idealista. Nacido en Arrasate en 1943, Domingo Iturbe Abasolo, Txomin, fue designado por ETA como interlocutor con el Gobierno de Felipe González, conversaciones que valdrían para iniciar los contactos con el Estado español aunque sin obtener grandes resultados.
En enero de 1975 fue objeto de un intento de secuestro, en noviembre sufrió un atentado con bomba del que salió ileso y tres años después fue herido de bala en otro atentado en Biarritz. Lo que las fuerzas ultraderechistas no pudieron conseguir, se produjo, finalmente, en su última etapa de deportado en Argelia, donde falleció en un accidente en 1987.
el último 'duro' arrepentido
Francisco Mujika, 'Pakito'
La historia de ETA no podría entenderse sin la figura de Francisco Mujika Garmendia, Pakito, y su detención junto a la cúpula de Bidart. Fue otro de los activistas que tuvo cierta participación, aunque no tan notoria, en el atentado que acabó con la vida del almirante Carrero Blanco. Nacido el 19 de noviembre de 1953 en Ordizia, Pakito está considerado como uno de los históricos duros de la organización, reputación que fue ganando desde su juventud. De hecho, a la edad de 21 años, coincidiendo con su entrada en el comité ejecutivo de ETA político-militar, la Policía le implicó en el asesinato de un guardia civil y en el ametrallamiento de otros dos.
Además, su nombre estuvo relacionado con la desaparición del activista Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur, del ala más posibilista de la organización, que fue visto por última vez en compañía de Pakito, aunque éste siempre negara su implicación. Consagrado como líder incuestionable de la organización, su detención se produjo el 29 de marzo de 1992, en Bidart, en una operación en la que también cayeron José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, y José María Arregi Erostarbe, Fitipaldi.
Actualmente, Pakito sigue cumpliendo condena aunque desde hace varios años, debido a sus planteamientos críticos, está apartado de la dirección de ETA.