donostia - David Merino sigue con su recuperación después de un año complicado por las lesiones que le han acompañado. Sus tres últimos encuentros se cuentan por victorias y en la final de ayer, junto a Martínez de Irujo, consiguió el torneo Villa Labastida ante Berasaluze y Albisu.
No fue el encuentro más vistoso ni el más acertado de los cuatro protagonistas (entre todos sumaron 22 fallos), pero sirvió al riojano para reencontrarse en un choque de máximo nivel y alzarse con una txapela antes del Aste Nagusia vizcaino, en el que también participará.
A la pareja azul no le resultó nada sencillo llegar a 22; desde el principio fueron a remolque en el marcador y Berasaluze comenzó mandando en los cuadros delanteros (6-1). Irujo sufría, no encontraba pelota y las prisas a la hora de entrar de aire le jugaron una mala pasada.
Conforme el partido fue avanzando y las imprecisiones del resto de pelotaris salieron a la luz, el marcador se fue equilibrando y el encuentro se fue endurenciendo.
Con el 17-12 en el electrónico comenzó una racha que marcó el encuentro por completo. Los azules encadenaron un 1-8 a su favor que les llevó a ponerse por delante por primera vez en el encuentro e incluso quedarse a dos tantos de la txapela (18-20).
De esos nueve tantos, seis fueron errores; los otros dos, buenas finalizaciones de Juan Martínez de Irujo, al que le tocó tirar de oficio, defender y esperar a que le llegasen pelotas francas para terminar los tantos. De los últimos tres tantos, dos volvieron a ser errores. Un final deslucido para un encuentro que sirve para que el zaguero riojano siga sumando confianza y que el delantero de Ibero aumente, más si cabe, su extenso palmarés.