donostia. Aitor Zubieta ya jugó el Parejas de 2009. Lo hizo para cubrir la baja por lesión del pelotari de Soraluze Aritz Laskurain durante las últimas cuatro jornadas de la primera fase. Rindió a tan buen nivel en compañía de Xala que en 2010 recibió la oportunidad de formar pareja con el lapurtarra desde el principio. Y el zaguero etxarriarra no ha desaprovechado la ocasión. Primero sacó billete para la liguilla de semifinales, en la que le han bastado dos jornadas para colarse en la final del próximo 4 de abril.

¿Cómo le ha sentado la clasificación para la final?

Es un auténtico lujo haber entrado en la final a falta de una jornada para que termine la liguilla de semifinales y estoy muy contento con el trabajo que estamos haciendo, tanto Xala como yo.

Ya es finalista cuando hace seis meses no tenía la certeza de si iba a poder disputar el campeonato.

El panorama ha cambiado muchísimo. Hace medio año estaba pasando momentos muy malos por culpa de las lesiones, sobre todo por un problema que tuve en la rodilla derecha. Pero, con trabajo, esfuerzo, pasando un montón de horas en el gimnasio y rehabilitándome, ahora estoy aquí.

Hace dos meses, cuando comenzaron el torneo con dos derrotas, la situación no era mucho más halagüeña para Xala y usted.

Sí, pero yo siempre he estado muy convencido de nuestro juego. Sabía que si hacíamos nuestro juego y hacíamos un poquito más de pareja, podíamos ser unos rivales complicados para cualquiera. Pese a perder los dos primeros partidos, lo que hicimos fue seguir trabajando hasta coger nuestro verdadero nivel y, cuando lo conseguimos, hemos ido para arriba. Y en este momento estamos jugando muy bien como pareja.

En Mungia, en la segunda jornada de la primera fase, cayeron ante Olaizola II y Mendizabal II en un duelo de casi dos horas y más de mil pelotazos. ¿Se convirtió aquel encuentro en un punto de inflexión?

Puede ser. Fue un partido muy duro que dominamos de cabo a rabo, pero al principio se nos fueron y, aunque luego Xala empezó a rematar, no resultó suficiente. Estuvimos a las puertas de ganar, pero no pudimos hacerlo. Para nosotros fue muy importante comprobar que, si jugábamos de aquella forma, podíamos ganar a cualquiera. De ahí en adelante, nuestro juego ha ido a mejor, hemos sido bastante duros a la hora de regalar el tanto y Xala ha rematado mejor.

Ahora disponen de tres semanas para preparar la final. ¿Cómo se encuentran?

Los dos nos encontramos en un buen momento. Estamos bien, el cuerpo nos está respondiendo y semana a semana estamos recuperando sin problemas. De las manos estamos un poquito justos, aunque quizá Xala tiene un poco más tocada la derecha, pero creo que el sábado jugaremos los dos (se miden a Irujo y Beroiz en el Labrit). Si no hay ningún problema antes, el miércoles (por mañana) andaremos en la elección de material, el jueves haremos un entrenamiento un poquito duro y me imagino que no habrá ningún problema para jugar el sábado. De lo contrario, estar tres semanas sin jugar antes de la final sería demasiado tiempo. Por eso pienso que jugaremos los dos.

Finalistas de otras ediciones han llegado a jugar una semana antes de disputar la final.

Yo también soy de los que piensa que, si el cuerpo está bien y las manos te respetan, el pelotari donde mejor está es jugando. Es el mejor entrenamiento, donde mejor te puedes encontrar. El cuerpo responde mejor si estás jugando. En este sentido no hay ninguna duda: si las manos nos responden, jugaremos los dos el sábado; y la semana que viene... ya hablaremos.

¿Su pase a la final tiene más mérito por la igualdad de la presente edición del Parejas?

Desde el principio dije que las parejas estaban muy niveladas, que iba a ser un campeonato duro y creo que lo ha sido. Ha dado la casualidad de que hemos entrado en semifinales las cuatro parejas de Aspe, pero ya se veía que las parejas estaban muy bien hechas y que cualquiera podía ganar a cualquiera. Irujo y Beroiz eran favoritos en las semifinales por los resultados que habían tenido en la primera fase, pero en este momento las cuatro parejas estamos bien y no es ninguna sorpresa que cualquiera gane a cualquiera.

El domingo conocerán a sus rivales en la final. ¿Alguna preferencia?

Jugar contra Titín-Pascual o Gonzalez-Laskurain es diferente. Son partidos que hay que plantearlos de forma muy distinta, pero las dos parejas son igual de peligrosas. Son parejas que con el viento a favor pueden hacerle un roto a cualquiera y por eso no tenemos ninguna pareja preferida para jugar en contra.

En las dos primeras jornadas de semifinales ya han derrotado a Titín-Pascual y Gonzalez-Laskurain. Pensando en la final, ¿les sirve esto de algo?

Cuando entras en una fase nueva, lo anterior ya no vale para nada; y en una final, menos. Es un partido nuevo y en un partido no se puede estar pensando en lo que ha pasado antes. Aunque sí que te puede servir como referencia de cómo intentar jugar.

Sus rivales en los dos últimos partidos se han quejado de que ustedes han utilizado un material excesivo.

Se están vengan quejar del material, pero ayer (por el domingo) no vi ningún rebote y el otro día en Logroño tampoco vi que Pascual pegara ningún rebote, pese a que es un gran pegador. No creo que el material sea para tanto. Sería excesivo si todo el mundo andará pegando rebotes. El sábado Titín pegó un rebote clarísimo en el Labrit y nadie habló del material; sin embargo, cuando jugamos nosotros, sí. No le voy a dar más vueltas a esta historia, pero creo que el material es el adecuado, no es ninguna exageración y por ahora están acertando.

Xala y usted se abrazaron al pasar a semifinales y volvieron a hacerlo el domingo tras sellar su clasificación para las semifinales. ¿Repetirán en la final?

Son cosas que salen en el momento. Eso no se prepara. A los dos nos hacía falta que nos llegase un momento bueno en un campeonato. Estamos trabajando muchísimo, nos hemos planteado todo muy seriamente y comprobar que las cosas van saliendo es muy importante. Este campeonato nos está dando un empujón muy fuerte que nos hacía falta, tanto a Xala como a mí.

Así que mantienen una buena relación.

Xala y yo somos muy amigos, tanto fuera como dentro de la cancha. La buena relación que tenemos fuera del frontón se nota a la hora de jugar. Somos dos chicos que nos llevamos muy bien, tenemos una relación de amistad muy grande. Además, si nos tenemos que decir alguna cosa un poco más seria, nos lo tomamos todo a bien, tanto el uno como el otro. Y eso ayuda.