Comienzo por lo más cercano. Imanol Alguacil dejará la Real Sociedad tras los éxitos que le han acompañado durante seis años. Consternación y zozobra en la afición txuri-urdin, y no es para menos. Tema de conversación, en el txakoli sabatino de Kañoietan y cierto optimismo, mejor diría expectación, ante el sustituto, Sergio Francisco. Como siempre, a rey muerto, rey puesto. Entrenador cesado, entrenador nombrado. Y a papa muerto, compás de espera.

Las intrigas que, durante dos milenios se han sucedido en los pasillos vaticanos y aledaños entre los diferentes grupos de poder que, por vulgarizar, se califican entre conservadores y reformistas, aunque, en realidad, suelen ir mucho más allá, ralentizan las decisiones que antes se encomendaban al Espíritu Santo.

En la constitución apostólica promulgada por Juan Pablo II de 1996, Universi Dominici Gregis, se castiga con excomunión las discusiones sobre las preferencias electorales cardenalicias o hacer campaña por alguno en particular durante el encierro, por lo que hay que acudir con los deberes hechos previamente y utilizar las milenarias técnicas vaticanas para expresar algo sin decirlo y saber interpretarlo correctamente lo que tan sólo está al alcance de la minoría purpurada.

Y, como si de un partido político se tratara, empiezan a circular los dossieres contra los que más suenan, en versión caridad cristiana punto cero. Ese punto filipino aficionado al karaoke…

Roma

Antes, todos teníamos una tía abuela monja o un familiar religioso que, según los galones que ostentara en su congregación, podía gestionarnos unas habitaciones sencillas, pero a un precio razonable, en su convento o alojamiento en la Ciudad Eterna. Se acabó el chollo. Aquellos vetustos familiares fallecieron y sus espartanas, pero céntricas residencias, se han convertido, en lo que al precio se refiere, en alojamientos turísticos, con la salvedad de los estrictos horarios y rígidas normas en lo que a las compañías de distinto género se refiere. Amén.

El velatorio

Las dos veces que he visitado la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, comprobé la presencia en la entrada de celosos inquisidores que prohibían la entrada a las personas de ambos géneros indecorosamente vestidas; en el caso de las damas, incluso los brazos debían ir cubiertos. Todo parece indicar que nadie les advirtió sobre el uso de los móviles. Si los cantantes del fenecido grupo donostiarra Golden Apple Quartet nos advertían que, en un entierro, no es correcto sonreír, las normas de protocolo y el sentido común consideran que tampoco lo es, amén de una falta de respeto hacia el difunto, su familia y entorno, sacar fotografías.

Los expertos en psicología, no es mi caso, califican con un nombre determinado este tipo de narcisismo tecnológico que, sin interiorizar el momento, pretenden inmortalizarlo para, en la mayoría de los casos, no volver a verlo.

El funeral

Si el cortejo fue más modesto que el de la reina Isabel II, el funeral ganaba en coreografía. “Funerales de Estado”, es decir, un acto protocolario que no tiene nada que ver con sentimientos religiosos o aflicciones por la muerte de Francisco que, de haber resucitado, habría echado de allí a patadas, a la mayoría, como hiciera Jesús con los mercaderes (Mateo, 21;12-17). Era como el viejo y sevillano patio de Monipodio a juzgar por la amalgama de pícaros y tunantes que se dieron cita.

El patán de Trump desentonó con su traje azul, comiendo chicle y consultando el móvil. Es como esos niños malcriados que, si no son el centro de la reunión, dan la lata para hacerse notar. Y su mujer sin medias negras. No acudió Elon Musk, porque en ese tipo de actos no permiten llevar ni gorra ni niños en la chepa.

La colocación de los asistentes vips en los bancos del templo obedeció al protocolo básico. En primer lugar, Argentina, su país natal, luego Italia y después, por orden alfabético, en francés, el resto de los países. El polaco debería haber estado en la tercera o cuarta fila, pero una mano vaticana le dio una visibilidad que no le correspondía. Los Reyes de España, entre los presidentes de Estonia y Ecuador, Noboa, cuyas actas electorales no aparecen, pero al contrario de lo que ocurriera con el Autobusero, nadie pregunta escandalizado por ellas. Bueno, tampoco aparecen otras actas de elecciones más cercanas. No acudió Sánchez y debería haberlo hecho. Tampoco fue Pradales, pero no le esperaban, al contrario que en Gernika, que sí le aguardaban, pero tampoco estuvo.

Medetomidina

Y para acabar las desgracias, leo en un informe del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh que un potente sedante para animales, especialmente de compañía, es el nuevo descubrimiento del submundo de la droga en Estados Unidos, que ha pillado desprevenidos a los especialistas y no responde a los tratamientos habituales que se utilizan para el síndrome de abstinencia de otras sustancias tóxicas.

El fármaco se vende en bolsas, donde se han llegado a encontrar hasta nueve drogas distintas mezcladas con la medetomidina, incluidas fentanilo, lidocaína y heroína.

Provoca una sedación prolongada y confusión entre los consumidores, así como cambios en el ritmo cardiaco, aumento en la presión arterial y alteración del estado mental. Sin embargo, sus efectos por el uso prolongado en humanos, sobre todo si es inyectado, aún se desconocen.

‘Cónclave’

Una alegría entre tantas desgracias. La película que no deja indiferente a nadie. Merece la pena.

A Madrid

Este miércoles, día 5, a partir de las 10.30 horas, los veterinarios nos concentraremos pacíficamente en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, coincidiendo con la celebración del Pleno, para visibilizar nuestras reivindicaciones ante todos los grupos políticos.

Hoy domingo

Espárragos de Olite. Ensalada de tomate con quesos de Idiazabal y Cabrales. Anchoas a la papillotte. Fresas. Tinto Viña Pomal. Agua del Añarbe. Café. Petit fours de Gasand, mi pâtisserie de confianza.