hora que termina un duro curso político es un buen momento para repasar lo hecho y preparar el siguiente. Es tiempo de valoración y notas. Y en este sentido, desde Europa llegan últimamente buenas noticias para Euskadi. Así, se han producido recientemente tres reconocimientos explícitos en diferentes ámbitos: calidad institucional del Gobierno, Innovación, e implantación de la Agenda 2030. Efectivamente, diferentes índices de medición, unos impulsados desde las propias instituciones europeas y otros patrocinados por la Comisión Europea, han situado, en primer lugar, a Euskadi como región que tiene los mejores indicadores en calidad institucional del Gobierno (Universidad de Gotemburgo), superando con creces la media europea. En un segundo ejemplo, el reciente ranking de innovación de la Unión Europea (European Innovation Scoreboard 2021) sitúa a Euskadi como región de alta innovación frente al declive de los indicadores generales del Estado en esa cuestión. Y el Joint Research Center, centro de investigación y conocimiento de la Unión Europea, ha colocado recientemente a Euskadi como una de las tres regiones europeas más avanzadas en lo que a la implantación de la Agenda 2030 se refiere. Los otras dos son Flandes y Navarra.

Sin duda, los tres casos muestran que algo estamos haciendo bien en este país, tanto en el ámbito privado como en el público/institucional. Pero tales indicadores no deben suponer un baño de autocomplacencia, sino estimular la respuesta a los enormes retos que las instituciones vascas tenemos por delante en los próximos años. Esos reconocimientos deben servirnos como un espaldarazo para seguir trabajando en la buena dirección en los tres ámbitos citados: mejorando la percepción y la confianza de la ciudadanía en torno al papel de las instituciones; consolidando y fortaleciendo la posición de Euskadi como polo de innovación; y, por último, avanzando hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de las metas que cada nivel de gobierno debe concretar como propias, en el marco de la metodología y retos establecidos por Naciones Unidas en 2015 cuando aprobó la Agenda 2030.

Estamos ya inmersos en lo que en su día el propio organismo internacional promotor de la Agenda 2030 calificó como la “década de la acción”. Dentro de muy poco tiempo, a partir de 2022-2023, se superará el ecuador de los quince años fijados como período en el que debemos poner las bases para detener el cambio climático, cohesionar mejor la sociedad y lograr un desarrollo económico armónico y sostenible. Los valores y principios impulsores de los diferentes ODS deben impregnar la actuación pública y privada, pero también tienen que influir directamente sobre los hábitos y comportamientos de la ciudadanía vasca. Los desafíos globales son de tal calado y complejidad, y evolucionan a tanto ritmo, que nos exigen respuestas inteligentes y basadas en la cocreación.

Euskadi está trabajando con especial intensidad en esa dirección. Y este esfuerzo, como se ha visto, también está teniendo su reconocimiento. La gobernanza multinivel y colaborativa es más necesaria que nunca en esa acción coordinada entre todas las instituciones vascas, así como con el tejido empresarial, los agentes sociales y la propia ciudadanía. La propia Comisión Europea publicó recientemente un importante documento que lleva por título SGD localisation and multi-level governance lessons from de Basque Country, y que representa una contribución a la discusión y a las experiencias de los niveles subestatales de gobierno, en el que, junto a otras muchas personas procedentes del sector público y privado, también han participado profesionales de la propia Diputación Foral de Gipuzkoa.

No cabe duda de que la crisis derivada de la pandemia ha ralentizado o incluso paralizado temporalmente algunos de los desafíos de la Agenda 2030. Afortunadamente, las medidas anticíclicas aprobadas por la Unión Europea, con el programa Next Generation UE como gran exponente, suponen un esfuerzo sin precedentes para amortiguar el impacto de la pandemia. Están, además, inspiradas en los objetivos del Pacto Verde Europeo y en la propia Agenda 2030, por lo que las reformas e inversiones que se impulsen en los próximos años contarán con esa orientación estratégica, junto con el necesario impulso de la digitalización, la cohesión social y territorial, así como la igualdad de género. Dicho de otro modo, lo que convencionalmente se denomina como recuperación económica no puede hacerse en ningún caso sin una mirada profunda y atenta a los ODS.

Gipuzkoa tiene mucho terreno avanzado en ese largo viaje, porque la apuesta por la igualdad y el desarrollo humano sostenible caracteriza nuestro modelo socio-económico de Gipuzkoa. El impulso de la iniciativa Etorkizuna Eraikiz, que procede del mandato 2015-2019, y que ha cobrado especial intensidad en el presente mandato 2019-2023, representa, sin duda, el buque insignia que permite trenzar esa gobernanza abierta y colaborativa en el plano territorial e involucrar en el cumplimiento de los ODS tanto a la sociedad civil organizada de Gipuzkoa como al conjunto de actores institucionales y del tejido asociativo. En el 2019 un informe de UCLG de las Naciones Unidas ya situaba a la Diputación Foral como ejemplo de buenas prácticas y referente en este ámbito, y ese compromiso se consolida en los presupuestos forales de este año, que garantizan la financiación plurianual para el desarrollo de los proyectos ligados al cambio climático, la nueva movilidad, la atención a nuestros mayores o la inclusión socio-laboral de las personas en situación o riesgo de exclusión.

Septiembre esta cerca y un nuevo curso comenzará para activarnos, asentar estos proyectos estratégicos y poner en marcha iniciativas en clave exclusiva de sostenibilidad medioambiental, justicia social y cohesión territorial. Una hoja de ruta que posibilite triangular los diferentes ODS de la Agenda 2030, con la recuperación y la transformación de un pueblo que busca erradicar la pobreza y reducir la desigualdad, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todas las personas. Una agenda política marcada por la confianza y la certidumbre para que este pueblo continúe avanzando por conquistar mayores cuotas de soberanía, con un modelo social y económico propio, y dando respuestas a los grandes desafíos del presente y el futuro. Burukide de EAJ-PNV de Gipuzkoa