n los Juegos Paralímpicos, que se están celebrando en Japón como postre de los Olímpicos, cada deportista protagoniza una verdadera historia de superación. Sin restar mérito alguno a los que tuvieron lugar hace unas semanas, en los actuales no solo hay que tener en cuenta el espíritu deportivo de los participantes... Su afán de superación, pese a sus limitaciones, dota aún de un mayor mérito a estos deportistas en su mayoría anónimos. Solo hay que ver el sacrificio del brasileño Gabriel Geraldo Santos Araujo, nadador sin piernas ni brazos que ha conquistado la medalla de oro en los 200 metros libres (S2), entre otros éxitos, para darse cuenta de que la mera participación en un evento de esta envergadura significa una auténtica gesta para todos ellos. Entre los que tenemos a los nadadores guipuzcoanos Iñigo Llopis, que ya nos ha regalado la presea de plata en los 100 metros espalda (S8), y Nahia Zudaire, que siguen compitiendo esta semana. El donostiarra nació con una malformación en el brazo derecho y a la de Zubieta le detectaron una enfermedad relacionada con el riego sanguíneo con tan solo quince meses de vida, pero ambos, como todos los demás, nos han enseñado cómo se pueden superar los obstáculos que te encuentras por el camino. Son todo un ejemplo... y un orgullo que nos representen.