ivimos inmersas en la paranoia. Lo que no da miedo, nos da motivo de queja. A esto último grupo dedico estas líneas. Vamos a ver si me explico. Que para plantar cara al COVID o jugamos todas o pinchamos el balón, es claro. Pero que el VAR se aplique a veces, como que no, que se lo pregunten a la Real. Me supera, cabrea y pongan ustedes el adjetivo que les cuadre, la gente que muestra horror ante la falta de civismo y solidaridad del prójimo por salir a la calle y, en ocasiones (cierto es que demasiadas) no llevar mascarilla ni respetar las distancias cuando se quejan mientras compartimos mesa y mantel, tomamos una caña o les paso el bote de crema en la playa. No me vale que me digan que en cuatro meses no han visto a su madre o no han salido a la compra, dando por supuesto que los demás han hecho todo lo contrario, como si el resto hubiera querido poner en riesgo a su ama o montarla en el súper. Todas hemos hecho lo que hemos podido. Es verdad que podemos hacer más, mucho más. Pero no paso por que me justifiquen sus excepciones, ese "hoy estoy aquí sin mascarilla para tomar algo pero no lo hecho en meses", como si los demás nos hubiéramos escapado por la ventana con nuestra lata de cerveza. Pues eso, que pinchamos el balón.