Anónima súbdita de la dictadura feudal de los ayatolás: Me dirijo a usted sin evitar la vergüenza infinita por el olvido a que su lucha ha sido condenada por las y los que en Occidente ejercen en régimen de monopolio la defensa de la igualdad y la denuncia del heteropatriarcado. Ha habido honrosas excepciones, no lo niego, pero en este año de protestas desde el asesinato de Masha Amini a manos de la siniestra policía de la moral, apenas hemos visto en este lado del mundo una declaración institucional suelta o un tuit de compromiso. Hace falta algo más, cuando el régimen no ceja en su persecución, como lo demuestra que ayer aprobó una nueva ley que endurece todavía más el código de vestuario de las mujeres. Pese a todo, resisten.