Varios hitos... negativos

– En inglés, el verbo equivalente a dimitir o renunciar es To Resign. No me digan que no es gráfico, especialmente en el caso de quien tiene que tirar la toalla después de solo 44 días en el cargo; 52, si sumamos los que quedan hasta que escojan a su relevo. Con todo y todos en contra, Liz Truss ha tenido que resignarse y aceptar que sus sueños de gloria –La nueva Margaret Thatcher, nos la pintaban– se han estrellado cruelmente contra la realidad. Tendrá, desde luego, su apunte en la Historia, pero no como la reverdecedora de los laureles de la Gran Bretaña, sino como la primera ministra que menos tiempo ha estado en el puesto, superando con creces a un tal George Canning, que murió 113 días después de ser nombrado. Claro que casi es peor el otro gran hito que deja: la reina Isabel II, que había sobrevivido a 16 primeros ministros desde 1957, exhaló su último aliento dos días después de recibirla en Balmoral. Como se bromeaba ayer en las redes –que no falte el humor negro– al final, ha sido casi más largo el funeral de la soberana que el mandato de Liz Truss.

A ver quién se atreve

– Es imposible no imaginarse ahora mismo a Boris Johnson acariciando un gatito… o trajinándose un gintonic de Beefeater. A él, que fue en buena parte responsable del desastre actual, ya pueden ir echándole un galgo. Sus calamidades pasan a segundo plano tras el carrerón de meteduras de pata de su sucesora, que no solo ha dejado el reino hecho unos zorros, sino que ha provocado el momento más bajo de respaldo de su partido, el Conservador, desde que hay registros. Otro récord que se apunta la dimisionaria, y que será difícil de revertir por cualquiera que sea designado para ocupar su puesto. Tendrá su morbo ver al primer jefe de gobierno investido por Carlos III, pero todo apunta a que, sea quien sea, va a pasar las de Caín.

Sin pronósticos

– No crean que en la acera política de enfrente las cosas andan mucho más boyantes. Es cierto que los laboristas encabezan las encuestas, pero por pura inercia aritmética. Y suerte que los extremistas no acaban de aprovechar el desbarajuste, más que nada, porque ya hace tiempo que los tories han abrazado el populismo de derechas más duro. La socialdemocracia que ahora lidera Keir Starmer y que exige convocatoria electoral inmediata, ya sabe lo que es tenerlo todo a favor y darse el morrazo del siglo. Le pasó no hace tanto a Jeremy Corbyn, que con todo a favor para recuperar el 10 de Downing Street, acabó mordiendo el polvo solo hace tres años frente al arriba mentado Johnson. Como para hacer pronósticos…