D e no creer, el togado Lesmes dice en plan pomposo que tiene un “enorme pesar” por la ausencia del Borbón en la entrega de despachos a una nueva generación de jueces… Enorme pesar… Qué solemnidad para dirigirse a gente que suele hablar con palabras de este mundo y si lee, no son precisamente sentencias redactadas de manera preceptiva con la debida confusión, porque de lo contrario, la ciencia jurídica pierde mucho. Es tradición, lo mismo que la altisonancia.

Y a nosotros qué nos importa su enorme pesar por esa y otras causas. Nos importa un bledo que el Borbón haya ido o dejado de ir a entregar despachos, medallas o caramelos, a Barcelona o a Las Canarias de los cayucos y el goteo imparable de fallecidos en el intento de asalto al paraíso de unos pocos. La entrega de despachos judiciales no es o no debe ser una mojiganga de Estado para engorde de su pompa, sino un puro acto administrativo para cubrir una de las deficiencias nacionales. Sobra el banderita tu eres roja de Las corsarias y faltan profesionales comprometidos con el país y su ciudadanía menos poderosa.

Enorme pesar el que nos causa a los demás sus actuaciones de política togada que conocemos hasta la hartadumbre, gracias a su cansa presencia en el menú político del día, y con él la de todos y cada uno de sus coleguis. Enorme pesar nos causa la reactivación de los CIE y, por supuesto, el brutal apaleo de manifestantes pacíficos en Vallecas, que salen a la calle para protestar contra unas medidas de confinamiento clasistas y racistas, en contraste con el trato que recibe el pijerío cayetano y rojigualdo de Núñez de Balboa.

Nos causa pesar y también indignación, miedo e ira, que policías sin número de identificación visible carguen y apaleen a los manifestantes de Vallecas donde ya hay detenidos, por unas protestas que en el barrio rico de la capital no hubiesen producido esa reacción de violencia policial en modo alguno proporcional, algo que al Lesmes desde su conciencia patrimonial no le inquiera en absoluto. ¿Proporcional a qué? ¿A la patraña gubernamental y al amparo de actuaciones reprobables? Vallecas levanta la voz y da la cara, y sale a la calle, esa que no es nuestra, sino de los sayones que defiende una clase social privilegiada. En lo policial estamos en el mismo nivel que durante el Rajoyato y las mañas del Fernández Día hoy imputado: es un poder dentro del estado por completo impune e intocable. Enorme pesar, sí, pero por esas dos Españas cada vez más claramente separadas y más distantes, condenadas a no encontrarse jamás, y mucho menos en manos de la tercera España de los granujas que de su patria hacen negocio mafioso: la pandemia ha sido la mejor prueba. Han caído las caretas y hemos enseñado la cara.

Nos puede causar un enorme pesar que el jeque de Bankia sostenga que no van a devolver un duro de lo recibido en condiciones de arramble porque no es que no lo vayan a hacer, sino que jamás han tenido intención de hacerlo: una burla sangrante a la ciudadanía que paga y paga y no deja de pagar sus farras de precio.

Enorme pesar no creo que le causara a Lesmes o al menos no parece que lo manifestara, los miles de familias que en los últimos años han sido despojadas de sus viviendas, las privatizaciones criminales, el recorte de servicios públicos cuyas consecuencias estamos pagando, el caso de los ancianos que morían encerrados en sus morideros, pidiendo a gritos socorro y suplicando que les abrieran la puerta, ni las reiteradas majaderías de Isabel Díaz Ayuso, ni la falta dramática de medios y profesionales sanitarios, ni las patrañas dolosas de los gobernantes de su cuerda ni el resultado de una justicia de clase plenamente política. Su pesar, enorme, no lo dudo, es corporativo, institucional, no ciudadano, y ha sido causado porque una mojiganga de pompa y circunstancia se ha quedado coja. Demagogia, bonita, como la milana de Los santos inocentes… espero que no sea tarde para evitar el acabar a cuatro patas siguiendo el rastro “ de la pieza a abatir por el amo del cortijo.