ista la manera en la que Pedro Sánchez y su gobierno han gestionado el estado de alarma, era razonable que a los partidos que le han acompañado de una u otra manera desde aquella lejana moción de censura les entraran dudas sobre el sentido del voto. Ciertamente, había argumentos de peso para el sí, para la abstención y para el no, porque resulta lógico que a un gobierno que actúa como si tuviera mayoría absoluta sin tenerla se le pida algo más de empatía, de comunicación, de coordinación.

No parece ser esa la opinión de cierta izquierda, españolísima ella, que empieza a asustar. Y es que han sido unos días inquietantes para los humildes ciudadanos que opinan algo tan natural como que es legítimo que un partido en un parlamento vote que no a una propuesta que le disgusta. Por ejemplo. Ha sido ERC la principal víctima de este impresentable acoso en el que destacados opinantes (y políticos) no han vacilado en mentir torticeramente sobre las consecuencias de su voto y traspasar asquerosamente una línea roja, haciendo lo mismo que tanto han criticado a las derechas: poner los muertos encima de la mesa.

Aquí, más cerca, hemos asistido a curiosas maneras de seducir e incentivar el voto favorable del PNV a la prórroga del estado de alarma, por parte de toda una candidata a lehendakari: los jelkides están muy cerquita de Vox, quieren pasar al estado de ruina y ponen en riesgo el escudo social. La misma persona, por cierto, que acusó de mafiosillos a los de Ortuzar por una decisión que había tomado en Madrid el gobierno del que su coalición forma parte. Difícil encontrar mayor surrealismo. EH Bildu, por su parte, también ha recibido advertencias, por si acaso, de que no puede votar lo mismo que Vox, aunque lo haga por razones opuestas. Votar junto a... se le denomina ahora a esta gran aportación a la ciencia política.

En definitiva, hemos pasado del "aparca eso mientras exista ETA", al "vota esto y calla, que vienen los fachas". No quiere ser uno muy mal pensado pero diría que lo de Vox más que una amenaza empieza a ser para algunos un verdadero chollo.