Vox sí ha aceptado
Vox sí ha aceptado
En Euskadi nos hemos librado de Vox y Ciudadanos y casi del PP de Casado. No nos hemos librado del fascismo, aunque ahora los que lo ejercieron hablen de Euskaltel en una entrevista de radio de máxima audiencia como si les importara. Pero algo es algo. En España, desde hoy, lo tienen más peliagudo porque donde la extrema derecha tenga influencia la ejercerá como hace en Andalucía a cada paso, con PP y Ciudadanos de rehenes por voluntad propia. Euskadi tiene sus propios fantasmas y fantoches, pero España no se queda atrás en cuanto a momias embalsamadas.
Lo que está en juego
Dani Álvarez resumía lo que está en juego con el nuevo rumbo al pasado de las derechas españolas: “El programa Skolae trabaja la igualdad de niñas y niños en Navarra. La Unesco lo nomina a un Premio Internacional, pero la asociación de Juan José Cortés lo ha denunciado por adoctrinamiento en la ideología de género. 10 profesionales a los tribunales”. Lo que está en juego con cada pacto de PP, Ciudadanos y Vox es la igualdad entre personas y los consensos básicos en materias cuyo avance ha costado mucho como el aborto o la violencia machista. Al fascismo de aquí y de allí hay que plantarle cara.
Si no nos toman por tontos, mejor
De quien pacta con la extrema derecha no espero honestidad, igual que no la espero de quien justificó y sigue amparando a ETA aquí. Pero si no nos toman por tontos los de allá y los de acá, podremos vivir un poco más tranquilos: Iñaki Oyarzábal ha mostrado su malestar en Twitter porque, según él, los organizadores del desfile del Orgullo LGTBQ actúan de un modo sectario al no permitir la participación del PP y Ciudadanos. Flaco favor hace Oyarzábal al colectivo mostrándose como bastión útil de quienes pactan con los que señalan a sus integrantes, cuando no les persiguen para darles una paliza.