- “¡Cómo le seguía el equipo en el campo! Y en cuanto le nombraron capitán dejó de recibir tarjetas, a mí me gustaba mucho cuando les arbitraba algún partido” -dice el Marqués de Altamira”-, imponía con un gesto, con una mirada y lo que me comentaba en el tercer tiempo solía ser muy útil. Aunque siempre se aprende mucho en el tercer tiempo, con él era sobresaliente”.
- “El rugby era para él la mitad de su vida y, cuando por motivos de trabajo, tuvo que dejar de competir empezó a deprimirse” -Galtzagorri, que había estado con él cuando salió del establecimiento siquiátrico, proseguía su relato-, “además tuvo aquella novia con perro, una relación difícil, ya se sabe que las relaciones con chica de perro?”
- “No lo sé, pero sigue” -cortó el Barón de la Florida, preparando los tapetes, los naipes y las piedras para el mus-, “en mi casa no entra un animal ni de porcelana”.
- “Lo dice porque un ménage à trois” -interviene de nuevo el Marqués de Altamira-, “requiere que los tres sean seres racionales. ¡Si se puede ser racional en el amor!”
- “El caso es que El Negro Smith ha cambiado de trabajo, de novia, de vida, en resumen, y se vuelve al rugby” -Galtzagorri concluye-, “que va a ocuparse de los jóvenes para darles lo que el rugby le dio a él, para ser feliz, para salir del túnel”.