Trasquilando
Es lo que tiene poner a un novato al frente de un ministerio, que te puede romper la vajilla en el momento más inoportuno como ha ocurrido con el responsable de justicia que se ha enfundado el traje de cruzado y se ha lanzado a la batalla contra periodistas y similares que se saltan a la torera los procedimientos judiciales y buscan y rebuscan en pos de un sumario cerradito, secretito; y la amenaza de la mordaza en los labios del sucesor del desaparecido Gallardón ha provocado una tormenta en los medios que se han lanzado en tromba contra el autor de semejante dislate conceptual, ideológico y mediático. Es reconocida la tendencia derechona a cortar, reducir y disminuir libertades y usos, siendo su visión de la libertad miope y reduccionista. Ajustar la libertad en cualquiera de sus manifestaciones es empeño ideológico de peperos y otros sucedáneos, sobre todo en el campo de la libertad de expresión por el que sienten auténtica pasional persecución de merma, reducción y sometimiento.
El globo sonda ministerial se ha cortado de raíz con la aparición en escena de Soraya Sáez de Santamaría que ha cortocircuitado el inoportuno asunto en vísperas de la campaña electoral, frenando en seco especulaciones sobre un intento de flagrante silenciamiento de los medios en cuestiones judiciales, amenazando un ejercicio básico de libertades.
No acaban de entender los de la eterna derecha que libertad de expresión e información es principio democrático de primera magnitud y que el poder, sea cual sea su nivel e importancia está sometido al implacable ejercicio de la libertad informativa y todo lo que sea ponerle trabas poco tiene que ver con una sociedad democrática. Poner puertas al campo de este derecho es abrir la espita a actuaciones censoras y perseguidoras de la libertad que algunos quieren trasquilar.
“Ajustar la libertad en cualquiera de sus manifestaciones es empeño ideológico de peperos”