En pelota picada
Poner a un par de parejas en pelota picada en una paradisíaca playa del Mediterráneo, como reinas y reyes de semejante enclave propicio para el amor y el roce, no deja de ser original manera de descubrir un filón narrativo para alimentar las parrillas de programación de las cadenas que emplean la carne picada para fomentar el consumo de telerrealidad, en el caso que nos ocupa Cuatro. Cuenta el libro de libros que en el origen de la Humanidad había un jardín, una naturaleza envidiable, un paraíso y allá señorea, desnudos, un tal Adán y una tal Eva, los padres de la Humanidad. Con ese poco original título la cadena de Mediaset ha preparado un producto que debe enfrentarse a la nueva temporada de la exitosa Velvet. Y como la competencia es grande, han ideado este reality que tiene como objetivo desnudarnos cuerpos y almas de los concursantes que deberán decidir si lo que se inicie en la isla referida, termina con una relación estable o se va al garete al coger el avión de vuelta. El morbo de ver a parejas desnudas puede alimentar el chorro de espectadores, aunque visto lo visto el martes, nada nuevo que ya no hubiéramos visto en la tele, sin exhibiciones y tratando de dar con las imágenes casi pudorosas sensación de normalidad y tranquilidad. Los cámaras se cuidan de no regodearse en determinados planos y el montaje cuida la dignidad de los concursantes que a lo que más llegan es al edredoning nocturno. Como siempre la clave del éxito estará en la tipología de los/as concursantes que son la materia prima del entretenimiento, siendo la desnudez un tema menor que difícilmente disparará el mórbido deseo de quienes se apresten a seguir las aventuras de las parejas en pelota picada y dar pelotazos de audiencia. Un paso más allá de espacios como Gran Hermano, Quién quiere casarse con mi hijo y ahora este Adán y Eva que se ofrecen como personajes del amor.