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Descarnada Gomorra

La semana pasada La Sexta ofreció un par de episodios de una serie que promete interés, verdad y descarnada realidad a tenor de lo visto en el arranque. Bajo el sencillo y sugerente título de Gomorra, la cadena comenzó a emitir la serie construida sobre los textos de Roberto Saviano, conocido escritor, buceador de la realidad mafiosa italiana, y especialmente de la Camorra napolitana, que le tiene amenazado de muerte sumaria por inmiscuirse en las entrañas de una realidad y práctica que corrompe la sociedad hasta los tuétanos.

Dos capítulos iniciáticos de aperitivo para ir cogiendo claves de una narración que tiene mucho de cuidado efectismo en luces, ambientes y contenido de secuencias con largos planos para recoger la atmósfera en la que se desenvuelven los sicarios y sus víctimas en los tiempos presentes. Extorsión, venganzas, asesinatos, juramentos camorristas y personajes del hampa van funcionando en una serie casi de culto que los programadores de la cadena han colocado a la espera de la respuesta de audiencias en la noche de los lunes.

Los mecanismos de actuación y sucesión dentro de las familias hamposas, así como la naturalidad de las actuaciones de sus miembros, son elementos claves para adentrarse en una serie donde los mafiosos son gente normal que, eso sí, extorsiona, mata y apaliza con saña inusitada, dentro de un clima social propicio al desarrollo de estas prácticas. Excelentes secuencias en las que se muestra cómo el hijo del capo va cometiendo fechorías y delitos hasta alcanzar el derecho a sucesión. Interpretaciones naturales, con escasos momentos para la sobreactuación y todo en un clima de escenarios decorados por mobiliario ostentoso de la sinigual Ikea. Un producto fresco y diferente, en principio para públicos especiales por enfoque de la vida delictiva, modos de rodar y narración punto lenta.