Se quejan desde el Gobierno de Madrid que hay teatralización en las imágenes de la inutilización del armamento de ETA. El mismo día conocemos que los príncipes asisten a ver el rodaje de Isabel, serie de la que se declaran seguidores. Y hace unos días se conoció cómo en Cuéntame cómo paso hubo injerencias para que no se magnificara el triunfo del PSOE en las elecciones generales de 1982. Está claro que aquí sólo unos pocos pueden escribir los renglones de la historia a su manera, mientras que cuando lo intentan los otros se les acusa de teatralizar así venga la misma BBC a dar fe de un asunto tan trascendente.

Y gracias a determinadas televisiones con cierta independencia el mundo conoce la verdad enterrada en cada conflicto, lo mismo en los cadáveres nuevos de las calles de Kiev que en las víctimas que asuelan nuestros recuerdos. Este Gobierno del PP está tan obsesionado con algunos temas que además los desprecia. Porque cuando dicen que se teatraliza lo hacen utilizando el término con desdén por el teatro. Algo que, desde luego, han demostrado sobradamente en los años que llevan gobernando y tratando de castigar las voces críticas.

Afortunadamente desde ETB se conoce la importancia de los gestos y a esta teatralización le ha dado la cobertura que se merece después de un conflicto de tantos años. Y a quien le ha pillado de vacaciones es a Klaudio Landa, el presentador y conductor de las tardes con su programa Sin ir más lejos. Vaya momento Klaudio, con la de moderaciones que hubieras hecho. Es como si Perico Delgado se las coge en mitad del Tour de Francia. Es lo que tienen los personajes públicos, que ni se pueden ir siquiera de vacaciones sin que nos enteremos todo el mundo. Eso sí, Silvia Intxaurrondo ha batido el récord de minutos mirando a cámara sin decir nada. Afirmaba con la cabeza las decenas críticas que le tocó escuchar de esa obra de teatro.