Estos van a lo que van
Es lo que tiene, eso de actuar en política por partida doble: que se acaba por adoptar decisiones estrábicas. Se pretende tomar posiciones en una dirección y a la vez situarse adecuadamente en otra. Este proceder por duplicado, por más que pueda servir para un apaño a corto plazo, a la larga cosecha no pocas contradicciones que van minando no solo la credibilidad sino hasta la honestidad y la vergüenza.
Especialistas en este funambulismo político son las sucursales del PSOE en Hegoalde, con una única diferencia: que los socialistas de Navarra han destacado por la sumisión y los socialistas de la CAV se han distinguido por la ambición. De aquellos polvos acróbatas surgieron los lodos de la querencia hacia la derecha regionalista y el agostazo de 2007 protagonizados por el PSN, y las ciabogas a codazos si fuera preciso propias del PSE para escalar puestos en Ferraz.
Mientras el PSN sigue purgando pasados deslices y pagándolo en votos o desafecciones, el PSE vuelve a abrir un paréntesis para paralizar todo lo que pudiera suponer obstáculo a la ambición personal de Patxi López y su guardia pretoriana personalizada en Rodolfo Ares. Abierta la veda por ocupar el despacho de Pérez Rubalcaba, el efímero lehendakari de Portugalete y sus incondicionales han considerado conveniente despejar el camino para optar sin obstáculos a la secretaría general del PSOE. Teniendo en cuenta que del Ebro para abajo Patxi López es el héroe que desalojó del poder al PNV y a Ibarretxe -ese demonio meridiano- y acabó por derrotar a ETA -ahí queda eso-, y como así se vende en sus giras andaluzas y extremeñas, es evidente que el portugalujo tiene posibilidades.
En este contexto puede explicarse el medio portazo que Rodolfo Ares dio a la Ponencia de Paz y Convivencia el pasado miércoles. Con ocultación y alevosía, el subalterno de López salió de la reunión proclamando en nombre de su partido el aparcamiento del foro parlamentario en el que ha venido participando desde su creación, sin que de ello hubiera dicho una sola palabra a EH Bildu y PNV con quienes acababa de reunirse como compañeros de ponencia.
El desaire socialista, expresado por Rodolfo Ares según su estilo fullero y prepotente, no tiene otra explicación que la ambición desbocada por la sucesión de Rubalcaba. Y es que para optar al más alto cargo en el PSOE no les parece conveniente que el futuro candidato, Patxi López, esté chapoteando con temas tan sensibles como la violencia -todas las violencias-, las víctimas -todas las víctimas-, o la reconciliación -sin exclusiones-. Peor aún, es altamente arriesgado compartir debate y acuerdo con esa EH Bildu que, para la celtiberia agropecuaria y mediática sigue siendo ETA. Así que, de momento, se para el carro y se disimulan los pelos perdidos en esa gatera por la que es necesario pasar si se pretende seguir haciendo política en Euskadi.
Todavía, y ya es cruz, en España sigue vetada cualquier aproximación a eso que viene denominándose "el mundo de ETA", entendido en primera instancia como Batasuna, en segunda como EH Bildu o cualquiera de las marcas en las que aquella participe, y en tercera como el nacionalismo vasco que defienda la soberanía. El PSE y el PSN, lógicamente, están obligados a ejercer en la CAV y en Navarra, y a estas alturas ya tenían que haber comprobado el fracaso de la política de frentes. Y si los socialistas navarros parece que comienzan ahora a contemplar la posibilidad de virar el rumbo, los del PSE saben de pactos, acuerdos y hasta gobiernos con los nacionalistas. Por eso, Ares no se atrevió a romper del todo la baraja y tiró de pretextos para aparcar hasta septiembre la reanudación de la Ponencia. Nadando y guardando la ropa, siempre con ese estilo zafio y marrullero del segundo de López. Que EH Bildu no acaba por asumir el "suelo ético", que la izquierda abertzale aún persiste en actitudes del pasado, que hay que dar tiempo al PP para que se sume al foro, son argumentos demasiado inconsistentes como para paralizar la actividad de la Ponencia. En todo caso, son dificultades o "condiciones básicas" (como definió el propio Ares) que se han constatado desde el primer momento y que deben ser resueltas mediante el diálogo y el trabajo de los participantes.
Pero en este momento, en este preciso momento, continuar en el barro podría salpicar a Patxi López y al propio Rodolfo Ares en su no confesada pero evidente ambición de suceder a Rubalcaba. Y si en el camino se cruza esa china de la paz y la convivencia de la sociedad vasca, pues Ferraz bien vale un aplazamiento.
Nadie dijo que iba a ser fácil, pero el logro de la paz y la convivencia en este país es cuestión tan necesaria como urgente. Hay quienes están empeñados en hacerlo aún más difícil, entre ellos los medios de comunicación hegemónicos en Hegoalde claramente posicionados a la contra, más en la línea de UPyD que en la del PP incluso. Desde el primer momento se han alineado con la intransigencia, con la obstrucción, con la tesis de que la Ponencia solo servirá para legitimar a ETA y que al enemigo, ni agua. Ellos sabrán.