EL proceso de fusiones de las teles privadas españolas está prácticamente cerrado, tras la unión del grupo Planeta con los intereses socialistas de La Sexta en un extraño maridaje que, de momento, permite salvar los muebles a personajes televisivos como Jordi Évole, Gran Wyoming y García Ferreras, que mantendrán inalterados sus estilos de comunicar, informar e investigar la actualidad con un tono y tino que los singulariza en el universo de las redacciones televisivas. No es fácil de acoplar el ritmo, sentido y criterio informativo de unos productos que buscan las aristas nítidas y punzantes de la actualidad con modos más pausados y mayoritarios como los que emplea Prats y su redacción. De momento, Lomana y Ferreras mantienen redacciones diferenciadas con un accionista mayoritario común que por cierto ha amenazado con levantar el chiringuito empresarial en Catalunya si esta toma las libres rutas de Villadiego. En el controlado panorama de las redacciones con el negocio repartido entres dos grupos que se dividen mercado y audiencia, el quehacer de los informadores y conductores de la extele de Mediapro defiende un planteamiento profesional más crítico que no comulga con el principio de que todo vale con tal de acumular audiencia y aumentar el dividendo, ofreciendo informativos que se alejan de los patrones comunes de los otros canales. La nueva estructura empresarial desarrollará sinergias entre las redacciones de A3 y La Sexta con criterio de ahorro, eficacia y eficiencia, en un interesante ejercicio profesional que terminará estrangulado por valoraciones informativas diferenciadas que provocará contradicciones y consecuente unificación de líneas editoriales. Y es que en esto de la tele también es cierto el dicho de que el que manda, manda y Contreras y Roures han sido engullidos por el Pantagruel Lara.