EL acelerado desarrollo de los medios en los últimos 50 años presenta un panorama complejo con características específicas de cada tradicional medio. Prensa, Radio y Televisión forman un triángulo interactivo que produce día a día modelos y formatos singulares a lo que hay que añadir el cambiante mundo de posibilidades y significaciones de Internet, lo que produce dinámicas de funcionamiento, delimitación de espacios, modificación de formatos que daría para media docena de tesis doctorales.

Cada medio tiene sus señas de identidad, potencialidades e incapacidades que deben conocerse para hacer un eficaz uso social y la Radio se caracteriza por su capacidad de respuesta a lo que se esté produciendo en la actualidad, en tiempo real. Inmediatez, facilidad de transmisión, sencillez en la producción de noticias le aventajan frente a la complicación televisiva y al retardo de los medios impresos. La Radio tiene la potencialidad técnica de informar primero, antes que nadie, llevando la noticia a los receptores con una velocidad casi insuperable.

Por ello, contar primero es la idea-fuerza del quehacer periodístico en la radiodifusión. La pelea profesional entre los medios radiofónicos es la de llegar antes que los demás a la cita con los oyentes, haciendo de esta actitud profesional el signo de identidad de la radio. Y más si se trata de un scoop, una primicia que tiene un medio y que los demás ignoran. Esta tensión de buscar la noticia, de conseguir la exclusiva es la primera motivación del ejercicio profesional. En un campo informativo como el actual con la presencia de elementos activos en gabinetes de comunicación, asesorías en modo de tratar y ofrecer la información y otros elementos que complican el fluido informativo, contar los primeros sigue siendo elemento cotizado al alza.