Tiempo de podar
Términos como ajustar, recortar, podar se han instalado en el lenguaje habitual sometido a un ciclo depresivo en la economía que está afectando de manera descarada al entramado de titularidad pública, que amenaza con borrar del mapa a medios de comunicación, instalaciones sanitarias, cuadros educativos y hasta sargentos y brigadas del profesional ejercito que nos defiende en misiones de paz y guerras mas o menos encubiertas. Cierto que este tiempo de podar está sirviendo, además de para aligerar las caninas cuentas públicas, para plantear una reflexión sobre el modelo de lo público en el sector de los medios, valorando la idoneidad del actual modelo, dimensiones, contenidos y funciones en el conjunto estatal. Reducir plantillas, eliminar colaboraciones millonarias, cercenar parrillas y podar canales de titularidad pública son elementales medidas de aplicación y pronta decisión por parte de quienes tienen la responsabilidad de actuar sobre el modelo y para ello hay que tener claras parrillas y contenidos a ofrecer en el llamado servicio público audiovisual: lo informativo de forma prioritaria. Una televisión pública que entretenga mucho e informe poco no tiene cabida en el actual panorama de crisis. La parrilla de TVE en sus dos canales tiene que primar información, divulgación, presencia de minorías en sus propuestas de televisión. Grandes series, películas de relumbrón, señalados eventos deportivos y otros de similar corte no son productos amparados por el concepto de servicio público y por ello, canales temáticos como Teledeporte o Clan, tienen los días contados. Ser los primeros, derrotar a la competencia o alterar el mercado no son funciones de una tele pública. Es necesario afrontar un cambio de modelo con celeridad no dejando morir de inanición a un medio aceptado por el público. Tiempo de poda e injerto.