Qué casualidad
Dicen los hombres y mujeres del tiempo, que hemos pasado la primavera más calurosa de los últimos 60 años. Nadie sabe en qué se basan, ni tampoco si eso ha sido en el sur o en el noroeste de la península, ni tampoco han hecho una media ponderada con todas las temperaturas. Por aquí, la verdad es que apenas ha hecho calor y ese dato es tan simple que uno pone en duda todos los supuestos avances en el control y la predicción del tiempo. Y sin embargo, la sección de predicciones meteorológicas amplían cada vez más sus espacios. También es cierto que unas como TVE o ETB lo hacen con cierta dosis de análisis científicos; intentando dar cierto aspecto de servicio público a sus predicciones. Otras como la de Roberto Brasero en Antena 3 más que vaticinar sobre el sol y la lluvia parece que te fuera a contar un chiste de Lepe, para acabar metiéndote de rondón un anuncio en mitad del anticiclón.
Aunque lo más terriblemente inquietante del día televisivo de ayer fue conocer la imagen de Sohana Jawed: la niña de ocho años que portaba un chaleco repleto de explosivos en una zona entre Paquistán y Afganistán. Que ocurran hechos como este, donde se secuestra a una niña para usarla como objeto explosivo es algo que se escapa a todas las explicaciones. Quizás por eso ayer los traspiés de Amy Winehouse en el concierto de Belgrado se acogieran con una sonrisa. O las subasta del vestido vaporoso de Marilyn Monroe en la película La tentación vive arriba se convirtiera en la noticia curiosa y relajantes con la que todos los editores de informativos sueñan para cerrar sus informativos en verano. Entre el ingenuo destape de las piernas de Marilyn y el chaleco asesino de Johana Jawed han pasado los mismos 60 años de aquella primavera calurosa. ¿Querrá decir algo esa casualidad?