'La reina del sur'
SE echaba de menos la opinión de Pérez Reverte sobre la serie basada en su novela La Reina del sur en Antena 3. Al parecer no quiso perjudicar pero una vez concluida saca la mano a pasear. Dice, y estoy con él, que su baja calidad es un fraude a los espectadores. Algunos pensarán que es la típica rabieta del escritor que se pone por encima del género televisivo, pero es que hacía falta ver pocos capítulos para comprobar escaso rigor, acentos tropicales y una preocupante calidad en la realización. Acostumbrados al cuidado de los pequeños detalles con el que llegan las series americanas, La reina del sur era como el trabajo de fin de curso de estudiantes de audiovisual.
El problema de la televisión es que nadie le pone nota y la audiencia, si no desaparece drásticamente, puede asimilarlo todo. Incluida una equivocación monumental como esta serie. Pero algo bueno le habrá visto el público cuando la ha soportado hasta el final. Ahora se estarán preguntando qué hubiera sido si hacen de ella un producto profesional y con sus propios medios. La crisis se nota también en televisión. En vez de apostar decididamente por un producto dotándolo de los medios que lo catapulten al éxito, se prefiere trabajar sobre mínimos por el temor de no alcanzar las expectativas puestas. La reina del sur es un ejemplo más de que la ficción que se está haciendo no convence a los programadores que renuncian de antemano a elaborar proyectos competitivos. Un nuevo paso adelante en la idea de que la audiencia no se merece calidad y que cualquier cosa vale aunque sea un subproducto de importación como es este culebrón que, en palabras de Reverte, "es más feo que el sombrero de un picador". Lástima que su crítica llegue tan tarde. Puede que hubiera precipitado su final si la pronuncia antes.