Hace semanas que estoy tomando ginkgo biloba porque va muy bien para dos cosas: para tener una excelente memoria y... para otra que se me ha olvidado. Y lo hago porque parece ser que todo el mundo recuerda lo que ocurrió hace 500 años menos yo. El presidente de México, López Obrador, es uno de ellos. Sufrió en sus propias carnes la caída del imperio azteca. Y denuncia que los colonizadores españoles fueron a saquear sus tierras, a llevarse el oro y a violar mujeres. Del canibalismo de los aztecas y de cómo sacrificaban cruelmente a sus enemigos no recuerda nada. ¡Qué cosas! Como lo dice tan enfadado, tendrá razón, digo yo. Nicolás Maduro es otro hipertimésico. Lo recuerda todo. No tiene papel higiénico en Venezuela pero se pasa el día cagándose en todos los españoles por lo que hicimos y por lo que él hizo pero dice que hicimos. Hasta el petróleo que lo ha malvendido a saber a quién, se lo debió expoliar la milicia de Colón. Otro gobernante para darle de comer aparte es el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. Detenciones y a saber qué otras barbaridades manda hacer a sus opositores, mientras entretiene al pueblo con falaces historias sobre el medievo. ¡Como está el patio!