El Gobierno ha presentado, por fin, su borrador de Presupuestos Generales del Estado para 2021. Lo ha hecho doce días después del plazo máximo que daba la Comisión Europea para recibirlos. Mal comienzo.Aparte de contener partidas necesarias, son claramente ideológicos, más que económicos, para contentar a ciertos grupos en recompensa por su apoyo electoral. Y mucho maquillaje.¿Van a pagar más lo que más tienen? En realidad, los ricos (unos 30.000 ciudadanos) solo concentrarán un 10% del golpe fiscal, porque será la clase media la que sufrirá más de 3.500 millones de recaudación. Por ejemplo, los 17 millones de vehículos diésel no los conducen o usan los ricos para transportar viajeros y mercancías, que se encarecerán. Igual pasa con el IVA de bebidas azucaradas y otros productos de gran consumo, como las mascarillas obligatorias (el más alto de la UE).¿Va a haber más apoyo a los más necesitados? La semana pasada, los diputados del Gobierno pretendieron subirse el sueldo. Igualmente, los 22 ministerios, cuatro vicepresidencias y 31 secretarías de Estado no se pagan solos. Los 777 asesores nos cuestan 75 millones anuales solo en sueldos; ya el Ministerio de Irene Montero gasta medio millón de euros (sí, 83 millones de pesetas) al año en los nombrados a dedo, más lo desperdiciado en informes inútiles y tendenciosos.Se sube el gasto de RTVE un 25%. ¿Recuperará su objetividad perdida? El Tribunal de Cuentas acaba de denunciar su forma oscura de contratar directivos.La OCDE augura que España será el único país sin recuperación a corto plazo. ¿Ayudarán los presupuestos a sacarnos del atolladero y a transformar el sistema económico? Dudoso.