Leí con mucho interés el lunes la información de este diario acerca de las próximas elecciones municipales en Iparralde. Firmado por Jurdan Arretxe, el texto se centraba en Hendaia y Biarritz y daba cuenta de los movimientos que está habiendo en torno a las candidaturas. La verdad es que en un territorio como el nuestro que se tiene mayoritariamente por abertzale, resulta desalentador comprobar que la gente en general está más interesada en saber lo que sucede en Málaga que lo que pasa en Baiona. Esperamos, por lo tanto, seguir leyendo más crónicas como la citada.
Ciertamente, muchas de las batallas de marzo se presentan emocionantes en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. La cultura política de allá posibilita alianzas locales que en Hegoalde serían impensables. Además, el sistema electoral a doble vuelta genera movimientos que pueden causar resultados inesperados. Hace seis años la izquierda abertzale representada por EHBai tuvo un enorme éxito debido, en parte, a su acierto a la hora de sumar complicidades en su entorno. Es lo que ahora está haciendo también en Baiona. Los jelkides del PNB, por su parte, tratarán de sumar representantes participando en otras candidaturas. Pero su dirigente más conocido, Peio Etxeleku, emprende una interesante lucha por la alcaldía de Kanbo que merece la pena seguir con atención.
Pero la contienda electoral no terminará con la elección de las corporaciones locales. De ahí saldrán los representantes que configurarán Euskal Hirigune Elkargoa, la mancomunidad de municipios presidida ahora por el alcalde de Baiona, Jean René Etchegaray. En 2020 hubo una discusión interna en la izquierda abertzale sobre la conveniencia o no de presentar a Alain Iriart para el puesto: se decidió que no. Pero lo que suceda a partir de marzo puede ser muy diferente. Tampoco se descarta que Etxeleku aspire al cargo. Para ello tendría que conquistar primero la alcaldía, claro está. Elecciones apasionantes que también son nuestras. No lo olvidemos.