ustedes no se acordarán porque ustedes seguro que son de esas personas que se acuerdan de las cosas nimias de la vida y de las superficialidades y todo eso, pero para eso estamos los guardianes de los asuntos vitales y de la verdad. Voy: nunca se pudo comprobar, pero en su momento se rumoreó que a don Carlos Falcó Marqués de Griñón le cayó una osamenta mediana por parte de la su aún por entonces esposa Isabel Preysler, que le habría sido infiel con el afamado ministro socialista Miguel Boyer antes de separarse de Falcó en 1985. Hubo muchos rumores y eso años antes de separarse, pero finalmente no se pudo confirmar, y Preysler y Boyer iniciaron oficialmente su relación pocos meses más tarde de que Preysler se divorciara de Falcó, padre de Tamara Falcó. ¿Coincidencias? ¡Quía, qui lo sa! ¿No les interesa este zascandileo? Lo comprendo. No sigan leyendo. Sigamos los que sí.

Cuento esto porque, claro, ahora al parecer Preysler ha sido la que se ha puesto toda digna con los cuernos de su querida hija y la que le ha advertido de que el teleñeco del chaval, el tal Onieva, tiene más kilómetros que el Tour de Francia de 1926, al punto de que se comenta que ha sido la primera esposa de Julio Iglesias la que logró el vídeo y lo filtró, para que la alma cándida de su hija se cayera del guindo y anulara la boda con el valentino. Oye, todo puede ser, ese es un submundo que ríete tú del hampa. El tema es que ahora la ultracatólica y peligrosa Falcó, que ya era famosa porque sí y por sus participaciones televisivas, es ahora doblemente famosa por su manera de afrontar esta situación, con una calma y una parsimonia tales que vete a saber si no ha sido todo una envolvente que le han hecho al pobre mozo para quedar bien. Que en esta vida no te puedes fiar ni de tu madre. Y esta gente ha nacido con el Hola y el Semana debajo del brazo. Saben de intrigas más que Agatha Christie.