Visibilizar la excelencia femenina vasca actual, crear referentes
El valor de una exposición fotográfica reside en su capacidad para generar referentes visibles. Una niña que mire esos retratos podría imaginarse a sí misma como científica, escritora, pintora o compositora. Y también un niño, que aprendería a naturalizar la presencia femenina en espacios donde antes predominaba lo masculino
En un mundo saturado de imágenes y estímulos visuales, la idea de reunir en una exposición fotográfica a mujeres vascas contemporáneas destacadas en la ciencia, la literatura y las artes podría parecer, a primera vista, algo innecesario o incluso ofensivo. Sin embargo, si nos detenemos a pensarlo, debemos constatar que no tenemos noticia de que anteriormente se haya celebrado nunca una exposición semejante en el País Vasco.
Durante siglos, los relatos oficiales de la historia invisibilizaron a muchas mujeres creadoras, investigadoras y pensadoras. Se suele hablar de las “primeras” mujeres en un campo, como si fueran excepciones aisladas, cuando en realidad formaron parte de una tradición de excelencia que simplemente no recibió la misma visibilidad que la de sus colegas varones. Una exposición de mujeres actuales permite precisamente contrarrestar esa tendencia: mostrar que hoy existen —y siempre han existido— mujeres brillantes en todos los ámbitos del conocimiento y la creación.
La itinerancia de la exposición*24 Emakume / 24 Mujeres* refuerza ese mensaje. Sus retratos se han mostrado en lugares tan diversos como Donostia (Plaza Zuloaga), Bergara (Laboratorium), Leioa (Campus de la UPV/EHU), Bilbao (Universidad de Deusto), Vitoria-Gasteiz (Plaza de la Memoria Histórica), Hondarribia, Arrasate (Plaza Seber Altube) y Amorebieta-Etxano (Zubiondo Parkea). Cada una de estas sedes ha ofrecido a su ciudadanía la oportunidad de encontrarse con referentes femeninos contemporáneos, generando así un diálogo público y colectivo en torno a la excelencia y la igualdad.
Este recorrido ha dado un nuevo paso en su proyección exterior: el pasado día se inauguró en el Real Jardín Botánico de Madrid la exposición *26 Mujeres / Emakume 26*, ampliando así el alcance de la iniciativa y subrayando la relevancia nacional de visibilizar el talento femenino vasco en las ciencias, las letras y las artes.
A través de los retratos y vídeos realizados por la artista Marina Palacio, la exposición ofrece un testimonio vivo, diverso y comprometido del conocimiento desarrollado por mujeres vascas. Las imágenes están inspiradas en los calendarios de Jakiunde de 2022 y 2023 y ha sido comisariada por la académica de Jakiunde María Teresa Tellería, que fue la primera mujer directora del Real Jardín Botánico.
El valor de una exposición fotográfica reside en su capacidad para generar referentes visibles. Una niña que mire esos retratos podría imaginarse a sí misma como científica, escritora, pintora o compositora. Y también un niño, que aprendería a naturalizar la presencia femenina en espacios donde antes predominaba lo masculino. La fotografía, además, aporta una fuerza particular: no se limita a enumerar nombres, sino que humaniza, transmite rostros, gestos, miradas.
Por supuesto, alguien podría argumentar que en la era de Internet basta con teclear un nombre para encontrar a estas mujeres. Pero las redes no generan el mismo efecto colectivo que una exposición pública, donde las imágenes se disponen en un espacio pensado para la reflexión, el encuentro y el diálogo. La visibilidad digital es efímera y dispersa; la exposición, en cambio, invita a detenerse, a contemplar y a reconocer de manera consciente.
En definitiva, organizar hoy una exposición de mujeres destacadas en las ciencias, las letras y las artes no es un gesto decorativo, sino un acto político y cultural. Es una forma de equilibrar la balanza de la memoria, de poner en el centro a quienes muchas veces han sido relegadas a las notas al pie. Y, sobre todo, es un recordatorio de que el talento no tiene género, aunque las estructuras sociales todavía nos obliguen a subrayarlo.