Gran parte de mi vida política en Euskadi, la pasé junto a él. Puedo resumir mis recuerdos. Cito cuatro cosas que este país le debe al lehendakari Ardanza.

Primera

Su liderazgo por la paz. Desde que se inició el gobierno de coalición PNV-PSE, nuestras

conversaciones giraron en torno a la necesidad de construir un gran pacto de unidad de las

fuerzas democráticas contra la violencia. Ardanza siempre fue un firme defensor de las vías

democráticas y añadía a sus convicciones nacionalistas su firme condena a ETA.

Es verdad que Ardanza tuvo a su lado a José Luis Zubizarreta, pero sus asesores sólo añadían técnicas y argumentos a sus propios principios. El PNV ya había hecho “el discurso del Arriaga” y añadió poco después, su apuesta por la deslegitimación política y social de la violencia: “No solo no compartimos sus medios, tampoco sus fines”.

El pacto fue clave en la larga marcha de la paz en Euskadi.

Segunda

Su reconocimiento de la pluralidad vasca. El gobierno de coalición reflejaba en su

composición y en el reparto de sus protagonismos la pluralidad vasca. Esto era algo necesario en aquellos años porque quienes no éramos nacionalistas sentíamos marginación y los peligros de la imposición nacionalista eran patentes. La coalición era un canto a la diversidad identitaria del país y establecía el pacto interno como senda de construcción de sus políticas.

Ardanza fue siempre consecuente con este principio y respetuoso con sus consecuencias.

Tercera

Su apuesta por el autogobierno. Las bases de nuestros acuerdos contemplaban el

desarrollo del Estatuto como Alfa y Omega de la política nacional del Gobierno vasco.

Los pactos contemplaron desde el principio acuerdos con el gobierno del Estado para consolidar el autogobierno y para materializar transferencias competenciales básicas: la transferencia de la sanidad (Osakidetza en 1989); el despliegue de la Policía Autonómica (Ertzaintza) hasta su plenitud; la consolidación del método de cálculo del cupo y muchas

otras materias hicieron que en los años de Ardanza el Estatuto experimentara su segunda e

histórica fase de construcción y desarrollo.

Cuarta

El impulso a la modernidad económica y a la transformación industrial del País Vasco

Puede decirse que en aquellos años 80 y 90 (1987-1998) se produjeron las más importantes decisiones en materia de inversiones en bienes públicos y en la diversificación tecnológica del País Vasco: acabar la reconversión industrial. Estimular inversiones en sectores tecnológicos avanzados. El nuevo aeropuerto de Loiu. El nuevo puerto de Bilbao. Las comunicaciones.

La Euskadi de hoy es la consecuencia de aquellas decisiones y de aquellas importantes inversiones.

Ardanza fue un hombre de pactos. Ardanza fue un hombre de paz.

Ardanza fue un gran

hombre.

Goian Bego, José Antonio.

Vicelehendakari del Gobierno de coalición PNV-PSE entre 1987 y 1991