El movimiento cooperativo vasco constituye un modelo único en el mundo, tanto por su gran arraigo en la sociedad vasca, como por su enorme implantación en el tejido económico de Euskadi. Especialmente, las empresas cooperativas de trabajo asociado, que participan de manera intensa en todos los sectores de la actividad económica, con una presencia inédita en el sector industrial, son referentes en la economía vasca y en el mundo. Las empresas cooperativas generan decenas de miles de empleos dignos y de calidad en Euskadi.

Hay consenso en cuanto al reconocimiento de la contribución del cooperativismo a la economía y al empleo en Euskadi. Nadie duda de que la capacidad de generar riqueza, innovación, desarrollo y cohesión social que ha caracterizado a la sociedad vasca, no se puede entender sin la participación y aportación de las empresas cooperativas. Euskadi es uno de los lugares con más renta media del mundo. Si miramos las estadísticas de desigualdad, Euskadi, junto con Navarra, es la comunidad autónoma con un índice de desigualdad más bajo. Si analizamos por territorios, no es casualidad que Gipuzkoa, el territorio donde las empresas cooperativas tienen un mayor arraigo sea el lugar con mayor cohesión social. Sin embargo, cuando hablamos de los espacios de participación donde tienen que estar las cooperativas, ahí empiezan los problemas. Se reconoce nuestra relevancia, pero no se reconoce nuestro derecho a participar en los espacios donde se toman decisiones que nos afectan.

En estos días, los partidos políticos debaten en el Parlamento Vasco la redacción definitiva de la que será la primera Ley vasca de empleo. Una ley necesaria porque por fin Euskadi se dota de un marco normativo que va a ordenar las políticas activas de empleo, transferidas en 2010, hace ya 13 años.

Tras un largo proceso durante el cual los diferentes agentes económicos, sociales y sindicales hemos podido aportar nuestra visión y conocimiento al contenido de la ley, el pasado martes se dio por finalizado el plazo de presentación de enmiendas – modificaciones – a la ley. Desde KONFEKOOP hemos trasladado a los grupos parlamentarios nuestra preocupación ante la posibilidad de que la ley no dé un paso adelante en lo que se refiere al papel y participación de las empresas cooperativas en el órgano donde se definen las políticas activas de empleo, el Consejo de Administración de Lanbide.

Los argumentos para limitar y no garantizar nuestra participación son todos inconsistentes. El informe elaborado por la COJUA, Comisión Jurídica Asesora, que acompaña el proyecto de la Ley vasca de empleo que ha entrado en el Parlamento Vasco, reconoce expresamente que: “En base al derecho positivo analizado, las empresas cooperativas, a través de su representación en KONFEKOOP, tienen derecho a la participación institucional en el Consejo de Administración de Lanbide, en representación de los intereses empresariales del empleo cooperativo”. Es más, incide en que ninguna organización empresarial ni sindical, ostenta el monopolio de la representación institucional en los órganos de gestión de empleo.

La reciente Ley Estatal de Empleo, aprobada en febrero de este año, reconoce que Euskadi, en el ejercicio de la autonomía que le otorga el Estatuto de Gernika y el Concierto Económico, “tiene potestad para definir la composición de su servicio vasco de empleo”. La OIT y el Comité Económico y Social Europeo consideran a las cooperativas, como empresas o empleadores, y alientan nuestro papel como interlocutores en el ámbito sociopolítico, en igualdad de condiciones con otras formas de empresas. En Navarra, que cuenta con un Convenio Económico propio y con un Estatuto que permite desarrollar sus competencias de empleo, se aprobó la participación de las cooperativas navarras dentro del Servicio Navarro de Empleo. Desde entonces, patronal y cooperativas navarras participan de un espacio compartido junto con los sindicatos y administración de Navarra.

Sabemos que tenemos a nuestro favor motivos jurídicos, económicos y sociales para dar un paso adelante en el reconocimiento del derecho de las cooperativas a aportar allí donde se van a definir las políticas del futuro. Numerosos informes y resoluciones lo avalan. Falta la voluntad política para que nuestra participación sea efectiva. No se trata de echar a nadie, queremos, desde la parte empresarial, junto con la patronal, contribuir a las políticas activas de empleo. El momento de tramitación de la primera Ley vasca de empleo es la oportunidad de mirar al futuro y aprovechar todo el conocimiento y la experiencia de nuestras empresas, para que ofrezcamos las mejores soluciones a la sociedad actual. El momento es ahora. l

Presidenta de KONFEKOOP. Confederación de Cooperativas de Euskadi