Un día estás sentado en la hierba comiendo un bocata de txistorra con tu cuadrilla en esos comedores que se improvisan en los fiestas, y al día siguiente estás en urgencias con una picadura de garrapata. La profesional sanitaria, con mucho cuidado, te saca el diente de la garrapata que se te ha quedado clavado en las lumbares, te receta antibióticos y ya si eso te abonas a la cerveza sin alcohol hasta el Pobre de mí. Los bichos nos atacan por tierra, mar y aire. Por el aire, las mordeduras de garrapatas, cada vez más comunes, son cosa seria. Por mar llegan las carabelas portuguesas, que ya solo con su nombre acojonan. Por tierra, insectos varios. A las garrapatas y las carabelas no las ves venir, aunque toda precaución es poca. Las garrapatas pueden llegar a transmitir la enfermedad de Lyme, una patología difícil de detectar y diagnosticar, contra la que lucha y previene Alyme, la Asociación Enfermedad de Lyme País Vasco. Durante los últimos meses, Alyme y otras asociaciones han llevado a cabo la campaña de concienciación LYMEtro para dar a conocer la enfermedad de Lyme crónico, reconocer que es una patología emergente en toda Europa y pedir que sea incluida por la Seguridad Social. La iniciativa ha servido también para recordar a Ander y Jessica, que perdieron la vida en su lucha contra esta enfermedad.