Les lo confieso que a veces, en momentos de estrés o tontuna, doy en leer diarios de derechas y predicciones astrológicas. Ello me permite encontrar un mundo irreal y predecible, porque desde el primer momento ya sabes qué van a decirte, utilizando además argumentos erróneos o llanas mentiras. Y luego, claro, está la astrología que es simplemente un antiguo timo sin sentido ni razón alguna... Perdón por el chiste, pero ambos sistemas de creencias hacen lo mismo: configurar una realidad que más tiene de mística o sobrenatural y aplicarla como interpretación del mundo. Por ejemplo estos días están Júpiter y Venus acercándose en el cielo. Es una conjunción, una de las más luminosas y llamativas del año; además justo tras la puesta de Sol, con lo que es difícil no darse cuenta de que están ahí dos brillantes luceros, cada tarde más cerca hasta que casi se junten. Luego se separarán y lo de siempre: las órbitas de los orbes celestes que explicamos desde Copérnico. Pero para los astrólogos estos días se suman la magnanimidad del patriarca Júpiter, que lleva el éxito, la sabiduría y todo eso al benéfico influjo de Venus, portadora de la exuberancia y el amor. Y eso significa que algo grande va a suceder, aunque la astrología no da más detalles. Pero atendiendo a la derecha estos días tenemos otra conjunción: la de un economista que fue aliado de comunistas unido a la ultraderecha más sectaria y pagada por el capital para salvar la patria de algo. Parece que lo provecto se junta, posiblemente para separarse en unas semanas como si nada hubiera sucedido. Como los planetas.

Les confieso también que después de un rato leyendo cosas fachas o delirios astrológicos se me pasa la ansiedad y solamente me compadezco de esa gente que sigue creyéndose cosas estúpidas. Feliz lunes.