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Mesa de Redacción

Arantxa Lopetegi

Donostia, sus barrios y otras cosas de las que informar. Les escucho.

Sin tu latido

l lunes se cumplieron dos años del fallecimiento de Luis Eduardo Aute. Me lo recordó una publicación de Facebook. Tenía Aute el don de fabricar belleza, de coser sueños. Fue, y sigue siendo, quien ha puesto palabras y sones a la banda sonora de mi vida. Nunca he sido persona de poner a nadie en los altares, de idealizar a los artistas, por mucho que les admire. Tampoco lo hago con Aute al que admiro, y mucho. Solo sé que aquel día hace dos años sentí que el mundo era un poquito peor, porque no está muy sobrado de tejedores de belleza, de portavoces de la poesía. El mundo está muy feo, mucho. Por ello siempre que algo se me remueve dentro, y razones hay a cientos a diario para que así ocurra, recurro a Aute. Y a veces lloro, otras no. Otras recuerdo, otras intento olvidar y siempre disfruto. La palabra, las palabras, tienen mucho poder y las desperdiciamos, las tiramos por el suelo y las envilecemos. Porque el mundo está muy feo, mucho. Por eso se echa en falta, por eso son tan necesarios quienes de la palabra hacen arte. Lo decía, lo cantaba: "Y ahora que ya no hay trincheras, el combate es la escalera y el que trepe a lo más alto pondrá a salvo su cabeza aunque se hunda en el asfalto la belleza".